Celia Concepción Meza Soto no volvió a ver a sus tres hijos ni regresó a su casa tras ser baleada por su expareja sentimental en la cabeza.
Por casi un año, la mujer tuvo fuerzas para sobrevivir al impacto que recibió en la sien aquella tarde del sábado 28 de mayo de 2022.
La operaron varias veces y batalló fuertemente contra la muerte, pero nunca volvió a ser la misma. Permanecía casi inamovible en una casa-hogar en Marbella mientras sus familiares, en especial sus dos hijas de 17 y 15 años, y el menor, de 9, esperaban por un milagro.
En la noche de este miércoles 17 de mayo, a casi 10 días de cumplirse un año de esa terrible tragedia, Celia falleció y su cuerpo lo ingresaron en la tarde de este jueves a la morgue de Medicina Legal.
Celia Concepción tenía 39 años, era natural de Magangué, pero residía desde hace muchos años en Cartagena, en el segundo piso de un inmueble de esquina en la carrera 10 de San José de Los Campanos.
Allí ocurrió la tragedia, la 1:40 de la tarde de ese sábado. ‘Chely’, como le decían, estudió auxiliar de farmacia en una institución en el Pie del Cerro.
Luego ejerció en varias instituciones, entre esas Fundación Caminos, donde logró destacarse y dejó muy buenos amigos. También estudió administración de empresas. Lea también: Sicarios en moto asesinan de 5 balazos a conductor en su camioneta
Quienes conocieron a Celia dice que era buena madre, excelente trabajadora, amable, servicial y emprendedora. Además de vender distintos productos, atendía para esa época una panadería que está justo frente a donde vivía.
Le disparó y se mató
Celia tuvo esos tres hijos que hoy la lloran con Federico Sayas Ospino, de 40 años. Tal parece que unos meses antes, en marzo de 2022, Celia decidió separarse de él, luego de muchos años de convivencia.
La separación no fue en los mejores términos porque Federico no aceptaba esa decisión. La situación llegó al extremo de que ella lo denunció porque él la amenazó e intentó golpearla.
“Ella no quería volver con él, decía que era solo el exmarido y no tenía motivos para estar con una persona que se portaba mal con ella”, contó un vecino y conocido de Celia.
Ese sábado 28 de mayo, Federico llegó a la casa de Celia, en un apartamento de segundo piso y comenzó a discutir con ella.
Luego, la mujer bajó corriendo y llorando, y entró a la tienda -en la primera planta- para evitar que el hombre le hiciera daño, pero este la siguió y le disparó a la cabeza. Acto seguido, él se mató.
Federico Sayas murió de manera inmediata, mientras que a Celia la trasladaron a la UCI de la clínica Gestión Salud, en San Fernando.
Sus vecinos, amigos y conocidos elevaron oraciones por su recuperación. “Dios te dará otra oportunidad amiga, tu eres buena, tus hijos te esperan. Declaro sanidad para ti”, es uno de los mensajes que le dejaron en Facebook.
Celia resistió como la mujer valiente que era, pero el milagro no se dio.
