En la mañana de este jueves fue leido el fallo del Tribunal Superior de Bogotá, que dejó en firme la condena a 37 años de cárcel contra el patrullero de la policía Wilmer Antonio Alarcón Vargas, responsable de la muerte del gratifero de 16 años, Diego Felipe Becerra, en hechos ocurridos el 19 de agosto de 2011.
La sentencia fue proferida por el juzgado 33 penal con función de conocimiento de Bogotá, quien condenó al oficial de la policía por el delito de homicidio agravado, por tratarse de un menor de edad en estado de indefensión.
En la audiencia, el tribunal determinó que hubo una conducta dolosa por parte de Alarcón, quien le disparó a Diego Felipe por la espalda, en Pontevedra, al norte de Bogotá, cuando el joven se encontraba realizando un grafiti en compañía de dos amigos.
A lo largo del juicio, el patrullero acusado, sostuvo que estaba persiguiendo a unos supuestos ladrones, que habían atacado un bus de servicio público y que había sido requerido para este servicio por medio del radio de servicio.
No obstante, se demostró que el menor en realidad estaba haciendo grafitis con sus amigos, además, que se plantó evidencia en su contra (un arma que apareció en la escena), adicionalmente, que no hubo “proporcionalidad ni mesura” y que el policía no actuó en defensa propia en el momento que ocurrieron los hechos.
El tribunal sostuvo que, «el patrullero actuó arbitrariamente y sin justificación alguna».
Por lo anterior, considerando diferentes materiales de prueba presentados durante la diligencia, entre las que se encuentran 37 entrevistas, videos donde se aprecia al menor pintando e informes científicos, el Tribunal, en segunda instancia, decidió mantener intacta la sentencia contra el patrullero, por cuanto consideró que no se le negaron sus derechos de defensa y la Fiscalía demostró el homicidio.