Apareció José Antonio Potes, el joven colombiano de 27 años que viajó a El Salvador, y habría sido detenido el pasado 21 de enero en Soyapango, San Salvador, por las autoridades en ese país. En un video explicó que no fue detenido por haber sido señalado de pertenecer a una pandilla, sino por asuntos migratorios porque no contaba con un permiso especial para estar laborando allí.
Las declaraciones estarían desmintiendo a su familia, que alertó a las autoridades en Colombia de su arresto, y que denunció a través de medios de comunicación su captura, pues al parecer, su detención se habría dado porque lo estaban señalando de pertenecer a la pandilla de los Mara 18.
El joven aseguró en la grabación que se habría tratado de “un mal entendido con Migración” y que estaba “en las calles de El Salvador libre”.
Sin embargo, después de que la Cancillería colombiana se enteró de su caso, informó a la opinión pública a través de un comunicado, que José Antonio Potes y un joven más, fueron detenidos en medio por cuenta del régimen de excepción que hay en el país centroamericano, y que ya estaban atendiendo el caso, con miras de alcanzar su pronta liberación.
“Una vez se tuvo conocimiento de las capturas, el Consulado de Colombia en El Salvador estableció contacto con las autoridades penitenciarias y envió una solicitud al Juzgado Especializado de Instrucción B4 de San Salvador, con el fin de conocer el requerimiento fiscal del caso del connacional y brindar la asistencia consular correspondiente”, detalló la Cancillería.
Potes habría viajado a El Salvador buscando mejores oportunidades labores, y poder brindarle un mejor futuro a su mamá, pareja y su hijo de cuatro años, con quienes “el Consulado estableció contacto con los familiares de los connacionales con el fin de informar sobre la situación jurídica y personal de los detenidos en ese país”, detalló la Cancillería.
Las políticas de seguridad del gobierno de Nayib Buleke para erradicar a las pandillas y la violencia en ese país, han llegado a recluir a unos 40.000 pandilleros, y la construcción de una megacárcel de 166 hectáreas.
