El sueño para muchas mujeres que se encuentran en prisión, es el de reencontrase con sus hijos una vez paguen la condena por el delito cometido.
Ese sueño podría estar más cerca para las 5.000 madres cabeza de hogar que en la actualidad se encuentran internas en las distintas cárceles del país, luego de que el presidente Gustavo Petro sancionara la Ley que les otorgaría la libertad.
“Si ellas siguen presas y los niños sin su madre, esos niños crezcan sin afecto y muchos, en el futuro, se conviertan en criminales. Esa es la lógica de la violencia y de la exclusión, una especie de sifón suicida. Pues aquí cortamos esa cadena y que esos niños tengan a su mamá”, expresó el presidente Petro desde Quibdó, Chocó.
El mandatario de los colombianos aseveró que se firmó la Ley en el Día Internacional de la Mujer, porque quizás, en sus palabras, la mujer presa es la más excluida de todas, porque sufre todas las exclusiones juntas que sufren todas las mujeres.
Petro destacó la importancia de que estas mujeres presas “se junten con sus hijos, liberadas, que el amor se pueda producir y no sea interrumpido por las cadenas; quitar esas cadenas entre el amor es lo que nos permite ser una mejor sociedad, que se pueda empezar a construir la igualdad entre la mujer y el hombre si liberamos a la mujer de la cárcel”.
Las condiciones que deberán cumplir
Para acceder al beneficio de la libertad, las mujeres cabezas de hogar que se encuentren en prisión tendrán que cumplir con ciertos requisitos, como lo explicó el Ministro de Justicia, Néstor Osuna.
Uno de los principales es que las condenas no pueden superar los 8 años, además, al salir deberán terminar de pagar el resto de la condena con servicios a las comunidades que no serán remunerados.
La norma indica que un juez de conocimiento o de ejecución de penas, con previo consentimiento de la mujer condenada, “podrá sustituir la pena de prisión por la de prestación de servicios de utilidad pública durante la cantidad de horas que determine al momento de dictar la sentencia, o en cualquier momento dentro de la ejecución de la misma”.
Es decir, la mujer cabeza de hogar deberá trabajar cinco horas por cada semana que le falta de la condena, y a su vez, podrá estudiar o trabajar en otras labores que no interfieran con la actividad pactada para su excarcelación.
Además, las mujeres que se acojan a la norma, deberán certificar que sí con madres cabezas de hogar y responden por el hogar no solo económicamente, sino también afectiva y socialmente por hijos menores de edad o que estén en situación de discapacidad.