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Una especie de rana en Ecuador fue descubierta por investigador colombiano

Este descubrimiento amplía la diversidad de anfibios de la región ecuatoriana. Los investigadores continúan la investigación de otras dos especies encontradas de los géneros Pristimantis y Epicrionops.

Una rana de un color verde grisáceo en su piel, manchas de color amarillo dorado de sus extremidades y el tono rosa pálido de sus ojos fueron características por las que se interesaron investigadores del Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la Unal para tomar el impulso de estudiarla. Para su sorpresa se dieron cuenta de que estaban ante una especie que no había sido descubierta por el humano.

La especie fue llamada Hyloscirtus tolkieni, en honor a J. R. R. Tolkien, autor de El señor de los anillos. Fue hallada en el Parque Nacional Río Negro-Sopladora (Ecuador) y se diferencia de las otras especies de su género por los patrones de coloración y otras características de su morfología como su tamapo corporal y pliegues en la piel (o rebordes dermales), permitieron describirla como nueva para la ciencia.

“Nos llamó la atención por sus colores sorprendentes que facilitan su estudio y resultó ser una especie nueva para la ciencia”, expresa con asombro todavía Juan Carlos Sánchez Nivicela, estudiante de la maestría en Ciencias – Biología de la Unal, asociado al grupo de investigación Evolución y Ecología de Fauna Neotropical del ICN.

El hallazgo es el resultado del trabajo realizado junto con sus colegas investigadores ecuatorianos, José M. Falcón Reibán y Diego F. Cisneros Heredia.

Agrega que “el género Hyloscirtus, al que pertenece dicho anfibio, se encuentra distribuido desde Venezuela hasta Bolivia y alberga tres grupos muy particulares, unas pequeñas con colores generalmente verdosos; otras grandes, divididas en especies con brazos muy gruesos (hipertrofiados) y con una espina prepólica curva (un hueso que se sale un poco antes del primer dedo de la mano), y otras que muestran diversos patrones de coloración y ornamentaciones en sus pieles”.

Hallar este anfibio, cuyo tamaño no supera los 60 milímetros de longitud, implicó dos expediciones exhaustivas en el Parque Nacional Río Negro-Sopladora, a alturas entre los 900 y 3.600 metros sobre el nivel del mar. H. tolkieni se encontró en un bosque montano a 3.190 metros. También fue necesario realizar censos entre las 7 y las 11 de la noche.

Hace cinco años, la zona recorrida fue declarada protegida. Esta guarda ciertas similitudes en fauna y flora con el Parque Nacional Natural El Cocuy.

Un hábitat de ensueño

Al igual que otros anfibios, cuando es renacuajo, H. tolkieni habita bosques que en su interior albergan quebradas de gran afluencia y oxigenación, un par de elementos claves que permiten su desarrollo. Al requerir estas condiciones para sobrevivir, esta clase de animales vertebrados son un indicador de la calidad del ambiente.

En su etapa adulta, al igual que sus congéneres, viven entre la vegetación que está en los alrededores de las quebradas.

Un hallazgo con precedente

El descubrimiento de H. tolkieni, que amplía la diversidad de anfibios en la región, es el resultado de una gran búsqueda de estos animales y también de reptiles que se encuentran en zonas poco exploradas como el Parque Nacional Río Negro-Sopladora.

El experto Sánchez aclara que, “luego de la revisión y viendo que no coinciden con otras especies, se hace la descripción formal y muy detallada en un documento, indicando las características que tiene la especie y que la separa de las demás de su grupo”.

Además del gran descubrimiento de esta especie, en la actualidad, los investigadores están en el proceso de descripción de dos nuevas especies de anfibios de los géneros Pristimantis y Epicrionops, también hallados en la zona de expedición.

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