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Animalista piedecuestana construye casas para perros callejeros

La primera casita mide 110 cm por 90 cm y quedó ubicada en el parque de Las Hermanas, para un perro que lleva años viviendo en la zona.

Para quienes aman los animales, tal vez uno de los momentos en que más se ponen tristes, es cuando llueve, pues el imaginar a los perros y gatos bajo el agua, le arruga el corazón a cualquiera.

Luz Marina Carrillo, integrante del colectivo animalista piedecuestano ‘Soy Animal’, no quiere quedarse cruzada de brazos ante esa cruel realidad.

Empezando con la situación del ‘Mono’, un perro muy amado por la comunidad del sector del parque de Las Hermanas, que por más que han querido tener en una vivienda, él no se ha dejado ‘domesticar’ y siempre extraña su calle.


Luz Marina Carrillo lleva 15 días dedicada a la construcción de la casa y a labores de jardinería en los alrededores de la pequeña construcción. / FOTO: SUMINISTRADA

“No podemos llevarlo a una casa porque él no quiso tener casa, quisieron adoptarlo y no se queda, arma el zafarrancho y lo tienen que dejar salir.

“Hace un tiempo le dieron tres puñaladas, lo tuve en mi casa 4 días, pero me tocó soltarlo porque no hacía ni pipí ni popó, me di cuenta que le gusta la calle, le gusta la bulla, la música, es un perro viejo, le duelen los huesos y pensando en eso y desde la pandemia quería hacerle la casa y primero se la hice enclenque, con madera”, contó Carrillo.

Hasta que apareció un ángel, una joven que le ayudó con gran parte de los materiales, arena, cemento, bloque y demás. En ese momento, Luz Marina se puso las pilas, buscó un maestro e inició el proyecto.

Ya lleva 15 días en eso y su propósito no es que quede ahí, ya que además, siembra un jardín, para que el aporte sea más significativo.

No ha sido fácil, la casa con la mano de obra, le ha salido por al menos unos 400 mil pesos, incluso puede ser más porque ella no adquirió la mayoría de los materiales, ya que estos fueron donados por la joven a quien le agradece enormemente.

Sin embargo, no quiere que el factor económico sea un impedimento para continuar ayudando a más animalitos callejeros.

Le quedan Ñágara y Kira, las perritas más viejas que viven en el parque principal La Libertad y a quienes quiere hacerles una casa compartida o tal vez dos, para evitar que los indigentes se adueñen de la estructura.

“Quiero que me den permiso para hacerles a ellas porque ellas se mojan, yo me encargo de hacerla, de mirar de dónde saco recursos.

“Lucharé para el permiso, porque se lo solicité al secretario de gobierno, pero quedó parado ese proceso. Esto es una lucha diaria, por eso quien pueda apoyarme, es bienvenido”, sentenció Luz Marina.

Si dese apoyar la causa, donando materiales o mano de obra, puede comunicarse on Luz Marina al 315 469 8243.

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