La Navidad en Floridablanca siempre tiene un valor agregado que la hace única: los matachines, un grupo de personas con máscaras, disfraces coloridos y vejigas de vaca atadas a un palo, que recorren con alegría las calles de la ciudad desde 1963 gracias al legado de Antonio Reyes.
No hay una edad determinada para ser un matachín. Grandes y chicos, en su mayoría habitantes de La Cumbre, el barrio donde comienza la magia de esta tradición, se visten por estas épocas para darle la bienvenida a la Navidad.
Su importancia es tan grande para el adn de los florideños, que cuentan con el título de Patrimonio Inmaterial Viviente desde el 27 de julio de 2010, declarado por el Ministerio de Cultura y la Gobernación de Santander.
Una jornada única
En el Día de las Velitas, este grupo de matachines también acompañó a las familias de La Cumbre en esta noche llena de luz. “Como es costumbre, el 7 de diciembre en nuestra Corporación le damos la bienvenida a las fiestas con un recorrido por el barrio La Cumbre, el cual fue bien recibido por las personas que pasamos frente a sus casas. Algo que se ha visto mucho últimamente son niños de 2, 3, 4 o 5 añitos disfrazados acompañados por sus familias”, cuenta Walter Conde, presidente de la Corporación Matachines Nueva Generación, quienes tienen toda una programación preparada para este fin de año.
Además de los recorridos del 24 y 31 de diciembre, los cuales son una tradición para este grupo de personas, la Corporación tiene planeadas otras fechas para llevar a más barrios la magia de los matachines.
“Actualmente, activos en la corporación tenemos 30 integrantes. Hay que aclarar que cualquier persona puede ponerse un disfraz, pero no cualquiera es un matachin. En esta temporada nuestros integrantes irán portando un carnet visible de la Corporación Matachines Nueva Generación para que el ciudadano del común los identifique”, explica Walter.
Talleres con impacto
Aunque los meses más significativos para esta Corporación son diciembre y enero, a lo largo del año también realizan otras actividades para estar mucho más cerca de la comunidad.
Por esa razón, se dictaron clases durante el año para que personas de todas las edades aprendieran a hacer máscaras como las que usan los matachines.
“El taller fue abierto, el alumno más pequeño tenía 3 años y el mayor 40”, recuerda Conde. Este taller de máscaras fue dictado en el barrio La Cumbre con el respaldo de la Casa de la Cultura Piedra del Sol de Floridablanca.
Personajes emblemáticos como el bigotón, la cara linda, el rey, el carecrimen, los osos, los tigres, los diablos y la Pantera Rosa son algunos de los matachines que estarán recorriendo las calles de la ciudad en esta Navidad que viene recargada de muchos más recorridos.