Derribar las barreras sociales, culturales y reclamar porque se les garanticen sus derechos, fueron las principales consignas para que cientos de personas con discapacidad y sus familias salieran ayer a las calles de Bucaramanga, para conmemorar el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
“Esta jornada busca resaltar las habilidades de las personas con discapacidad. Hay deudas pendientes que se requieren completar para que los derechos de esta población sean reales”, dijo Henry Murillo Salazar, coordinador del Programa de Personas con Discapacidad de la Alcaldía de Bucaramanga.
Como parte de esta conmemoración, Murillo Salazar reconoció que es fundamental se actualice el documento de política pública de la ciudad sobre la discapacidad con nuevos enfoques para que se atiendan, principalmente estos puntos. Ese documento ha estado vigente desde el 2013 y cumple su vigencia este año.
Retos de la ciudad
Algunos de los principales retos que requiere la ciudad son la adecuación de espacios públicos como andenes, calles; el acceso inclusivo a todo el transporte público y lograr que las escuelas y colegios sean entornos libres de discriminación en contra de niños y jóvenes con discapacidad. Según Murillo Salazar, estos puntos deben priorizarse en el nuevo documento.
De igual manera, en este diagnóstico, hecho por los participantes de la movilización, gran parte de los retos no son exclusivos de las autoridades gubernamentales, también involucran a los demás ciudadanos y los estigmas y maneras de discriminación que mantienen sobre esta población.
“No queremos que las demás personas nos vean con lástima”, dice Claudia Patricia Badillo Ríos, de 53 años.
“Era muy difícil. En el colegio, los compañeros de clase los discriminaban mucho”, dice Rafael Robles Sánchez, padre de dos jóvenes con discapacidad que vivieron estas situaciones hace unos años.
Propuestas en lo laboral
Sumados a las dificultades que vive esta población se encuentra la necesidad de promover más y mejores oportunidades de empleo para esta población.
Julio Martín Pinzón Ojeda, vocero de la Red Santandereana de Personas con Discapacidad, manifestó que una de las iniciativas que promueve como parte del comité municipal de personas con discapacidad, es la creación de un centro comercial con personas de esta población, lo que permitiría, según él, brindar empleos estables y en condiciones dignas.
“Queremos ver, en Bucaramanga, el primer centro comercial de personas con discapacidad”, dijo Pinzón Ojeda.
Atención municipal
Para el funcionario Murillo Salazar, el desarrollo de los diferentes programas sociales y culturales de la administración municipal, benefician a por lo menos 10 mil personas con discapacidad en el municipio. Lo anterior implica un alcance cercano al 15% del total de esta población con discapacidad que, según Murillo Salazar, se estima hay en la ciudad.
Panorama departamental
En el ámbito departamental, las autoridades reportan un crecimiento en la caracterización de esa población.
Según Carine García Barrera, directora del programa de Adulto Mayor y población con Discapacidad de la Gobernación de Santander, el registro más reciente estableció que en Santander hay 92 mil 300 personas con discapacidad, 6 mil santandereanos más que en el 2020.
Según García Barrera, a través del programa ‘Santander sin Límites’ han podido entregar cerca de cuatro mil ayudas técnicas como bastones, caminadores, sillas de ruedas, entre otras, a los santandereanos con discapacidad. “Aún tenemos algunas ayudas técnicas por entregar”, dijo García Barrera. De igual manera, la funcionaria mencionó que el próximo año esperan dotar cuatro centros de atención a esta población para el beneficio de mil ciudadanos.
Asimismo, la Gobernación anunció que mantiene vigente una convocatoria para que personas con discapacidad pidan su cita para el pasaporte de manera prioritaria.
Algunas voces de los participantes de la jornada
Claudia Badillo
Tiene 53 años y desde que tenía año y medio tiene una discapacidad física. Ella vive en el Corregimiento 2 de Bucaramanga, lo que hace más difícil su movilidad. “Hace falta más humanidad por parte de las demás personas. Las personas con discapacidad queremos que nos vean como personas útiles. No queremos que las demás personas nos vean con lástima.”
Lilibeth Porras
Es psicóloga de 32 años. Ella vivió episodios de discriminación laboral por ser una persona con discapacidad. Ahora, en su nuevo empleo, promueve un enfoque diferente. “El mensaje es que todos empecemos a reconocer la discapacidad como un estilo de vida, no como un problema. Muchas personas demuestra n sus capacidades y habilidades y eso nos permite convivir”.
Eugenia López
Tiene 53 años. Su hija tiene una discapacidad psicosocial y visual desde los 13 años. Eugenia tuvo que pasar años en diligencias y trámites para que su EPS pudiera garantizarle la atención médica a su hija, hoy con 28 años. “Desde que gané la tutela la atienden cada mes. Pero durante cinco años estuve tocando diferentes puertas para que le dieran una atención digna”.
