Eran más de las 9:30 p.m. del pasado miércoles cuando decenas de motociclistas comenzaron a congregarse sobre la vía Bucaramanga – Girón, a la altura del sector conocido como Chimitá. Media hora después la cantidad de motos era tan numerosa que prácticamente se ocuparon los dos carriles vehiculares de esta calzada, eran cerca de unos mil vehículos.
Unos cuantos minutos después apareció una mujer semidesnuda. La mayoría de los asistentes la ovacionó. Se trataba de la persona encargada de dar la largada a los arriesgados motociclistas que realizan ‘piques’ ilegales en esta carretera nacional, uno de los principales corredores del área metropolitana y por donde transita transporte de pasajeros y de carga.
Los conductores saben que deben partir y acelerar a fondo tan pronto esta joven se quita la ropa y expone sus senos, esa es la señal para arrancar.
El descaro de los organizadores y de los participantes de este tipo de carreras ilegales es tal, que dicho evento ya tiene nombre y se conoce entre los motociclistas como el ‘Chimitódromo’. Cada semana se realizan convocatorias y se citan encuentros a través de redes sociales.
“Estos desórdenes van de mal en peor. Antes eran solo los piques, pero ahora, además de tenernos que aguantar el bloqueo de la vía, también sufrimos afectaciones por cuenta de los desórdenes que se están formando cada semana. Ahora se ve mucho consumo de drogas y de alcohol, traen hasta modelos para las carreras. Uno se pregunta qué hacen las autoridades o en dónde están”, manifestó un residente del sector.
Además de los desórdenes realizados en plena vía pública y de las afectaciones ocasionadas contra la movilidad, en este tipo de eventos se observan decenas de motocicletas que no cumplen los requerimientos mínimos en materia de seguridad vial, como manubrios modificados, algunas sin luces e incluso sin placa, entre otros
