Ocho años respaldan la tienda de Manuel Barrera Beltrán, una persona alegre, sincera, pero a la vez muy responsable en su negocio.
Amante del deporte, pero conocedor de los temas de servicio al cliente, y ese parece ser el éxito de su tienda ‘El Chavo BGA’ ubicada en el barrio San Alonso de Bucaramanga.
“Yo la adquirí y así la llamaron ‘El Chavo’. Lo más bonito de ser tendero es tener la oportunidad de compartir con la gente, ser amable y el saber del servicio al cliente”.
“Tuve la oportunidad de capacitarme en ello y acá estoy, cada día conviviendo entre vecinos y amigos, que junto a mi esposa y mi hija, son el apoyo para continuar en el negocio”, afirma Manuel.
Su tienda la administra como todas. No abre muy temprano, pero sí trata de complacer a sus clientes.
Está bien surtida, trata de tener de todo y buscar el beneficio para quienes llegan al negocio.
“Aquí tenemos sillas, hay buen espacio, buscamos darle comodidad al cliente, siempre respetando las normas del código de Policía.
“Mi cliente es respetuoso y así yo los trato. Siendo una zona residencial es bonito el sector; aunque la inseguridad se ha tomado las calles y los barrios de la ciudad, siempre existe la incomodidad para las personas, pero eso es por todos lados”, dice.
‘Manolo’, aunque ya pasa de los 40 años, es un tendero joven, apasionado por el fútbol y eso se demuestra cuando entra el cliente al negocio, pues tiene un TV que sintoniza los deportes en cada momento.
“Sí, me gusta mucho. Jugué fútbol en un club cuando pequeño, en Mister Charlys. También hice parte de una selección Santander, en 1988, de ahí salieron varios jugadores, pero el que más recuerdo es Rubén Darío Londoño “La Mechuda”, pues teníamos 11 años cuando actué con él. También conocí a Dumar Rueda, lo tuve cerca y le aprendí varias cosas”.
“Soy más amante del fútbol, sobretodo el de brasil, por su técnica y hay equipo muy buenos”, concluye este tendero.
Hoy este tendero espera continuar en su labor diaria, servir a la comunidad con su negocio, aunque manifiesta que después de la pandemia todo cambió, pues los precios y la alta demanda de establecimientos, dio un giro a las tiendas de barrio.
