La aparición de mercurio en aguas del río Suratá, principal fuente de abastecimiento para el área metropolitana, ya no se debe tratar como un hecho aislado que ocurrió por una situación puntual. Para el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, este problema de contaminación se debe mirar como un fenómeno que además de estar causando serios daños ambientales, también está afectando la potabilidad del agua.
La empresa, con un robusto sistema, ha evitado que los habitantes del territorio metropolitano abramos la llave y consumamos agua contaminada con metales pesados altamente nocivos para la salud humana. Sin embargo, a la fecha, no hay nadie que dé respuesta a lo que puede estar sucediendo con las comunidades que se encuentran a lo largo de la quebrada La Baja y de los ríos Vetas y Suratá, que están conectadas a la cuenca hídrica que nace en el Páramo de Santurbán, que es la zona donde se concentra la actividad ilegal de extracción de oro.
El exceso de mercurio en aguas del río Suratá se ha dicho en reiteradas ocasiones, Vanguardia lo ha denunciado, pero tal y como se ha podido confirmar, las autoridades ni siquiera han indagado el tráfico oculto de esta sustancia química y otros productos, que se consiguen a través de una red ilegal en Bucaramanga. En la capital santandereana, usted puede comprar un kilo de mercurio, envasado, por $650.000 y no pasa nada, hay impunidad total.
En la tarde del jueves, Hernán Clavijo, gerente general del Acueducto Metropolitana de Bucaramanga, confirmó un nuevo episodio de contaminación del río Suratá por mercurio, que obligó a cerrar la captación que se hace desde la Planta Bosconia. Fue el más alto que se ha evidenciado desde 2010. Por cada litro de agua, se detectaron 163 UG HG/L (microgramos de mercurio por litro de agua), cuando el máximo permitido son 2 UG HG/L.
Pero, lo más preocupante y delicado del asunto, es que este no ha sido el único episodio crítico del año. El 23 de febrero fue el primero, cuando se identificó que los rastros eran 40 veces más de ese límite.
“Es importante hacer un llamado a la autoridad ambiental y a todas las instituciones que tienen que ver con esto. El hecho de que nosotros tengamos un embalse en el que tenemos guardada agua que no está contaminada, no quiere decir que no nos importe si la fuente se contamina. Ojalá no tuviéramos que usar el agua del embalse, sino que este sea visto como un seguro ante una sequía, un accidente, un daño grave, pero no porque se están contaminando las fuentes”, aseveró Clavijo.
El gerente general hace referencia al embalse de Tona, porque justamente la situación más reciente fue tan grave que, como plan de contingencia, fue necesario recurrir a este para tomar agua de allí, a través de la línea de aducción, y evitar así afectación en la prestación del servicio.
De acuerdo con el reporte oficial, el 28 de julio, a las 8:00 de la mañana la concentración de mercurio era aceptable y a las 9:53 se genera alerta para el proceso de potabilización, por lo que se cierra la captación y a partir de ese momento se fue llevando un monitoreo cada media hora hasta cerca de la 1:30 de la tarde donde se confirma que ya el nivel había bajado a 11 UG HG/L (microgramos de mercurio por litro de agua).
“Nosotros tenemos un monitoreo permanente. El monitoreo se hace a diario, cada hora, en cada una de las plantas, y tenemos registros desde el año 2010. En 2016 y 2017 se presentaron picos, pero nunca como los vistos en el 2022 que han sido de 100 y 163 UG HG/L (microgramos de mercurio por litro de agua)”, acotó.
Frente a estos hallazgos, de acuerdo con información suministrada a esta redacción, la Superintendencia de Servicios Públicos ha realizado visitas a la empresa de servicio público, en Bucaramanga, para confrontar los resultados.
“Con esto lo que queremos decir, una vez más, es que la ciudadanía puede tener plena tranquilidad que el agua que se está consumiendo es de la mejor calidad y estamos muy por debajo de los niveles máximos que nos da la norma”, comentó el gerente general.
Llamado de la Procuraduría
En concordancia con esta cadena de sucesos, que son de pleno conocimiento de la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, como autoridad ambiental, sin que hasta el momento se haya tenido un pronunciamiento oficial, la Procuraduría General de la Nación pidió a las autoridades presentar ‘plan de choque’ urgente y cumplir compromisos para atender esta problemática.
Gustavo Adolfo Guerrero Ruiz, procurador delegado para asuntos ambientales, aseguró que, sin duda, “el uso del mercurio en actividades mineras ilícitas que se están llevando a cabo en Santander está ocasionando un daño irreversible sobre el ecosistema de páramo, pero también amenazando la salud de todos los santandereanos. Por esta razón, continuamos instando a las instituciones públicas a la construcción del plan de acción urgente”.
Este plan se encamina a luchar por la descontaminación de las fuentes hídricas, erradicar las actividades mineras ilegales y, principalmente, que las autoridades ejerzan las facultades que tienen de policía administrativa y de control ambiental para atacar este tipo de actividades que pasaron a convertirse en una desgracia para la provincia de Soto Norte.
Guerrero Ruiz instó al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y al Ministerio de Minas a que presenten información sobre el avance de los procesos de formalización minera y de cumplimiento de la sentencia de delimitación del Páramo de Santurbán indispensable en este propósito.
El 30 de agosto se tendrá una mesa de trabajo, donde se avanzará en la eliminación del mercurio de la contaminación en el río Suratá. Las instituciones participantes, al menos 20, tendrán que presentar sus compromisos y las acciones puntuales con el fin de luchar contra este flagelo.