Aunque la mayoría del gasto de los hogares se destina a alimentos y vivienda, ambos rubros han disminuido su proporción en los últimos 30 años, igual que el vestuario.
Pero usted se ha puesto a pensar ¿cuánto dinero nos gastamos?
La tendencia la han tenido los rubros de educación, transporte y comunicaciones, entretenimiento y gastos varios.
Y es que los ingresos con los que los hogares colombianos pueden distribuir dicho gasto vienen en su mayoría de los salarios, honorarios o rentas de sus integrantes.
Tal parece que la economía cada año golpea más el bolsillo del ciudadano por las alzas a los productos, los impuestos y una inflación en Colombia que varió 0,51 % durante junio de 2022.
El resultado de la inflación en junio se explicó, en gran medida, por la fuerte contribución positiva del alojamiento y servicios públicos, alimentos y bebidas no alcohólicas, restaurantes y hoteles, junto con transporte.
Por el contrario, las prendas de vestir y calzado, junto con información y comunicación, presentaron una contribución negativa debido al segundo día sin IVA celebrado el pasado 17 de junio.
La inflación anual de regulados registró un fuerte incremento, pasando de 8.86% en mayo a 9.80% el mes pasado, siendo esta la cifra más alta de la última década.
En cuanto a la inflación anual de bienes, se observó una leve reducción, mientras que la inflación anual de servicios continuó con su tendencia alcista.
El gasto anual
Una familia en promedio, según estudios a nivel nacional, se gasta sus ingresos así: alimentos para el hogar: 29,25%; gastos de vivienda: 25,95%; electrodomésticos: 15,5%; bienestar: 8,07%; comidas fuera del hogar: 6,95%, entretenimiento: 5,90% y educación: 4,95%.
El 40% de la población subsiste con menos de medio salario mínimo mensual y hoy la crisis mundial, rebaja las posibilidades de reducir la pobreza.
Rosa Elvira Zamora lleva varios años vendiendo lechona en Bucaramanga; su turno se lo pagan a diario con $40.000. De ello, saca para sus quehaceres del hogar y los servicios.
“Ya ni para comer alcanza el sueldo que uno se gana. Esa platica que uno trabaja le toca repartirla muy bien, porque la vida cambió de manera drástica y salir de casa genera ya un gasto”, sostiene esta mujer, que bordea los 70 años.
Lo mismo apunta Elizabeth Niño Vega, donde asegura que el sueldo que tiene, un básico de una entidad, se lo gasta en arriendo, transporte y comida.
“La canasta familiar está muy cara. Ya no puedo darme lujos, si salimos a paseo hay que gastar lo menos posible. Nosotros los de estrato medio nos toca ‘apretarnos el pantalón’ y salir al día a día”, comenta.
La crisis mundial
Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en solo tres meses, 71 millones de personas han caído en esta condición como resultado directo del aumento de los precios de los alimentos y la energía a nivel global.
En Colombia, además de la población que vive en pobreza monetaria y pobreza monetaria extrema, otro 31% de los habitantes, alrededor de 15 millones de personas, está en situación de vulnerabilidad, es decir, tienen un rango de ingresos que implica alta probabilidad de caer en la pobreza.