Cada que vez que se registra un fuerte temporal, una lluvia, acompañada de barro y piedras, arrasa con las humildes viviendas del barrio San Martín y demás sectores que se levantaron debajo del icónico viaducto García Cadena.
La borrasca más reciente se vivió el pasado 14 de junio, cuando los allí residentes se vieron con el agua hasta el cuello. Ellos, como pudieron, evacuaron sus hogares en medio de la angustia y el normal desconcierto.
Según el concepto técnico emitido por el Municipio, todo obedece a la insuficiencia que hoy registra el colector de agua lluvia de la Comuna 9.
De hecho, según Juan Carlos Reátiga, funcionario de la Empresa de Alcantarillado de Santander, EMPAS, esta entidad elaboró el diseño del proyecto que, según sus palabras, solucionaría la constante amenaza de inundación para esta comunidad.
El proyecto consiste en readecuar la canalización de los afluentes de La Flora y Quebrada La Iglesia, parte alta, además de la adecuación de los interceptores sanitarios.
“Se plantea el remplazo total de la infraestructura existente en el tramo, adecuando un nuevo canal que sea capaz de transportar en su totalidad todo el volumen de agua procedente de la cuenca”, explicó el funcionario.
“El diseño que se sugiere para este importante proyecto contempla que la infraestructura existente se emplee para el transporte de los caudales del agua residual. Todo depende de la inversión con la que se disponga”, argumentó.
“Lo anterior indica que se trazaría un canal bajo ciertas características, que logre transportar el caudal total del flujo proveniente de las cuencas de la parte alta”, añadió.
Según el diseño, para realizar este proyecto integral, que solucionaría de tajo las constantes inundaciones en el barrio San Martín, se requiere de una inversión de $40 mil millones. Se trata de un presupuesto que, según trascendió, aún no dispone la Alcaldía de Bucaramanga.
ASÍ NACIÓ EL BARRIO
El barrio San Martín nació como una invasión a comienzos de los años 70, poco después que se levantara el viaducto García Cadena.
En ese entonces humildes familias armaron sus ranchos, de latas y cartones, justo en las bases del paso elevado. (Ver foto).
Estas familias lograron aferrarse ‘contra viento y marea’ a ese lugar. Ocuparon una extensa vegetación llena de árboles que ‘devoraba’ la montaña en la parte baja de la Quebrada La Iglesia.
Pese a todos los operativos oficiales de desalojo, el San Martín ‘saldría a flote’. Y fue así de literal, porque el sector era atravesado por un afluente que provenía del sector de La Flora.
A los pocos meses de estar ‘colonizado’, en 1974 ya se había constituido la Junta de Acción Comunal. Tras la inauguración del García Cadena, el Instituto de Crédito Territorial autorizó créditos para las mejoras de las viviendas del San Martín.
Los subsidios llegaron a ser de hasta $8 mil, una suma significativa para ese momento y fue suficiente como para que la comunidad dignificara sus hogares.
Después vinieron las obras de infraestructura comunitaria que se impulsaron bajo las gestiones de los alcaldes, Jaime Trillos Novoa y Carlos Virviescas. Fue en ese momento en el que se logró la canalización del afluente, obra que a fecha de hoy es vetusta dada la gran cantidad de barrios que se formaron debajo del sector del citado paso elevado.
Muchas han sido las inundaciones que se han presentado en este sector, emergencias que han dejado una interminable lista de familias damnificadas.
