Con 53 años, don Juan Carlos Ballesteros Sánchez, se convirtió en el protector vial de quienes a diario atraviesan la autopista del sector conocido como Plaza Mayor, en Real de Minas.
Con dificultad para caminar, porque la ciática lo tiene ‘jodido’, y con una paleta de señalización en su mano que indica el ‘pare y siga’, este santandereano madruga todos los días a cumplir con su labor social.
La jornada inicia desde muy temprano, casi con los primero rayos del sol, y termina a la 1:00 de la tarde, hora en la que se aleja de su ‘trabajo’, para tomar el almuerzo.
Ama lo que hace
Hace aproximadamente un año decidió agarrar su paletas, y emprender un recorrido desde el barrio Provenza, donde actualmente vive, hasta Real de Minas, sin retribución alguna.
Pero, ¿qué lo motivó? Juan Carlos asegura que todo surgió cuando fue testigo del peligro al que están expuestos los transeúntes, “una señora de la tercera edad también se me acercó y me dijo que los carros nunca paraban para hacer el cruce”, y, realmente así se evidencia.
“Por esta razón me motivé, y me gustó realizar esta labor social”, agregó Ballesteros.
De las personas solo espera agradecimiento, ni siquiera una recompensa económica, “yo pongo en práctica la Ley de Dios: Amar al prójimo, y con eso me motivo para cada vez hacerlo mejor”.
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Recibe insultos por ayudar
Juan Carlos aseguró que en lo corrido del año, ha evitado muchos accidentes en los que se ven involucrados niños y adulto; sin embargo, así como salva personas, ha tenido situaciones que se le ‘salen de las manos’, y “la gente dice que es culpa mía, pero lo que yo hago es tratar de prevenirlos”.
Es tan compleja la situación, que en ocasiones, su labor se ve involucrada en un ‘rifirrafe’ por parte de los mismo conductores, quienes lo agreden verbalmente por detener la movilidad.
“Acá me gritan que no debo estar ahí haciendo el pare. Una vez un taxista siempre que pasaba, me echaba el carro encima, hasta que yo le dije: si me atropella, no vaya a llorar porque le toca pagar bastante, y no volvió”, dijo Juan Carlos al recordar una de las ‘amargas’ experiencias.
EL ‘GATO’ BALLESTEROS
En el mundo deportivo, Juan Carlos es conocido por sus compañero como El ‘Gato’ Ballesteros. Toda su vida se la dedicó al fútbol, es un deportista apasionado. Jugó en la conocida Cancha Marte, nueve hexagonales, campeonatos barriales, y donde hubiese canchas, ahí estaba el ‘gato’ con sus guayos. Sin embargo, tuvo que colocarle un ‘pare’ a esa pasión debido al dolor que le provoca el nervio ciático, “me tocó retirarme porque estoy sufriendo del nervio asiático, pero ya me lo estoy tratando”. Eso sí, aseguró que apenas se le pase el dolor, volverá a pisar las canchas.
