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Kseniia Minakova, docente y física de Ucrania, habla de la guerra que afronta su país

La guerra es la peor pesadilla para quienes la viven de cerca, tal y como le ocurre a Kseniia Minakova, una docente y física de Ucrania, quien nos habló de cómo se vive el conflicto bélico de ese país tras la invasión rusa.

Kseniia Minakova, quien ostenta un doctorado en Física, estuvo este fin de semana en la Universidad Industrial de Santander, UIS, representando a su país, Ucrania, en la edición No. 14 del International Physicists’ Tournament, que por primera vez en su historia se realizó fuera de Europa y que, para orgullo nuestro, se cumplió en Bucaramanga.

Más allá de su destacada participación en el Mundial de Física 2022, que la hizo acreedora a grandes distinciones dentro de la competencia orbital, su presencia llamó la atención de las comitivas de las 15 naciones asistentes, de manera precisa, por la travesía que tuvieron que hacer ella y sus compañeras para venir a nuestro país, teniendo en cuenta el grave conflicto que se vive en su país desde el pasado 24 de febrero, cuando comenzó la invasión del territorio ucraniano por tropas rusas.

ASÍ NOS RESPONDIÓ
Ucrania emerge de dos terribles años del virus del COVID-19 y ahora enfrenta el impacto devastador de las hostilidades militares en decenas de millones de personas por la guerra. ¿Cómo ha sido ese paso de la pandemia al conflicto armado?


“Teniendo en cuenta que los ataques rusos se dirigen cada vez más a las áreas urbanas, se podría decir que para nosotros la pandemia pasó a un segundo plano. Como civiles intentamos mantenernos a salvo nosotros mismos con nuestras familias. Por fortuna, en mí país, el gobierno ha sabido manejar y atender la pandemia y ahora mismo la prioridad es enfrentar la invasión injustificada e ilegal rusa. No soy política ni militar, solo soy una científica más. Pienso que si algo ha aprendido la sociedad es que la ciencia es un instrumento imprescindible para, no solo superar obstáculos, sino también para combatir los momentos difíciles por los que atraviesa una comunidad, como por ejemplo una pandemia y una guerra”.
¿Cómo ha sobrellevado la población civil esta situación? ¿En su caso, como docente, cómo ha sido todo este proceso?


“Toda la vida normal que teníamos ha desaparecido. Es terrible lo que estamos viviendo, en medio de los bombardeos. El ruido de la guerra es fuerte, nos angustia ver militares por todos lados y las sirenas de ataque aéreo resonando menoscaban nuestra paz. Por fortuna, todo eso no nos ha quitado la energía de seguir adelante en medio de la adversidad”.


Como ciudadana ucraniana, ¿Qué tipo de sentimientos le ha despertado todo este conflicto?
“Le mentiría si le digo que no me siento furiosa por lo que le están haciendo a mi pueblo. Me preocupan mis padres, mis amigos y en general toda mi nación. No podemos vivir en buenas condiciones y hay lugares en donde escasea el agua. Cada vez que pienso en lo difícil que ha sido todo esto, siento mucho dolor y angustia”.


¿Cómo llegar al fin de esta guerra? ¿Cuál debería ser la salida al conflicto?
“No sé cuál sería la clave, entre otras cosas, porque no sé de acciones militares ni de ese tipo de negociaciones bélicas. Lo que sí tengo claro es que mi país debe ser reconstruido y necesita sobreponerse a la devastación. Hay que detener la guerra y una vez se logre esto, será preciso rehacer las carreteras y volver a la ciudad que teníamos antes de esta invasión”.


¿Qué opinión le merece la gestión de Volodímir Zelenskiel, presidente de Ucrania? ¿Cree que ha hecho lo correcto en medio de la guerra?
“Pienso que el Presidente busca guardar y proteger a nuestra gente y conservar las fronteras. Él hace todo lo que puede y ha sido muy valiente con lo que ha afrontado”.


¿Cuál cree que puede ser el aporte de una científica como usted en todo este proceso difícil que vive su país?
“Defender a mi país. Además, con mi formación profesional y con el amor por mi gente podré ser parte de la reconstrucción con la ciencia. Soy una convencida de la energía solar y considero que, una vez termine esta pesadilla, aportaría mis conocimientos científicos para este propósito”.


El equipo ucraniano que participó en este mundial está compuesto en su totalidad por mujeres. ¿Por qué?
“Hay dos tipos de respuesta para esta pregunta. En primer lugar, hay que decir que, según las estadísticas, el 65% de las mujeres que cursan Física en nuestro país son mujeres. Percibo que como mujeres podemos transformar nuestro mundo a través de la ciencia. De todas formas, también es preciso recordar que los hombres ucranianos que estudian Física y que también han sido campeones en esta disciplina están en la edad estándar para defender al país y, pues ellos, tuvieron que cumplir con su deber patriótico”.


¿Qué viene para usted y para sus compañeras tras el final del Mundial de Física?
“Para mí, para mis compañeras y para mi nación viene la esperanza de que volvamos a la normalidad. Como docente yo quiero seguir enseñando; mi país requiere un reencuentro con la paz y con su independencia”.
No me puedo quedar sin preguntarle, ¿Qué impresión le causó nuestra tierra santandereana?
“Todo lo de ustedes para mí es diferente, es extraño. Le diría que me encantaron sus montañas, su comida y su amabilidad. Aquí experimenté toda una cantidad de emociones y me llevo gratas experiencias. Me gustó mucho el campus de la UIS, por los árboles, las áreas que tienen para los estudiantes y los auditorios me parecieron modernos. Claro, todo fue nuevo, pues viví un torneo supremamente interesante e inusual, no solo por la guerra que vive mi país, sino porque participé en un tierra bonita, pero muy distante de mi realidad”.

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