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Un ‘altar’, en Bucaramanga, para los artistas que ya murieron

70 rostros de artistas fallecidos quiere pintar Jorge Hernández. A la fecha lleva más de 18.

En un muro de 600 metros, Jorge Hernández quiere pintar 70 rostros de artistas famosos que hayan fallecido. A la fecha, el pintor lleva cerca de 18, entre los que se destacan: Vicente Fernández, Camilo Sesto, Joe Arroyo y Michael Jackson. Así de variado es su repertorio.

Este muro, que se ha convertido en un lienzo, está ubicado en el barrio Toledo Plata, entre la carrera quinta con calle 106, y pertenece a la institución educativa Santa Ana, que le ha permitido a este bumangués pintar libremente.

La iniciativa de convertir esta calle en el ‘muro de rostros artísticos más largo del mundo’ nació hace más de un año. Hernández cuenta que, al inicio, las caras que dibujaba solo las hacía en blanco y negro, hasta que, en diciembre de 2021, decidió sumarle color. Claro, con un artista grande: Vicente Fernández.

“Desde muy niño, siempre he tenido esa vena artística y ese muro ha estado presente muchos años de mi vida”, cuenta el bumangués.

Tras esta pintura, Jorge fue entrevistado por medios nacionales y locales, pues este retrato tuvo un subidón de fama, debido a la reciente muerte del cantante mexicano. Con trompetas y mariachi a viva voz, este pedazo de muro se convirtió en un altar para Chente.

Desde entonces, este hombre es un espectáculo para los habitantes del barrio. Decenas se reúnen en torno al muro para verlo retratar en vivo. Algunos lo han grabado y lo han hecho conectar con artistas importantes como la familia vallenata Díaz.

Y es que este artista, que ha decidido dividir el muro por géneros musicales y artísticos, ha pintado a Diomedes Díaz y a su hijo Martín Elías, también a Kaleth Morales, Patricia Teherán, Alejo Durán y Escalona.

“Por eso me contrataron para pintar un mural en Valledupar, en la casa de ‘Mamá Vila’, la mamá de Diomedes”, señaló.

Hernández concluye que ha sido la gente quien lo ha motivado para construir este paseo de la fama de artistas. “Lo bonito de la obra es que se trata de algo comunitario, que las personas del barrio quieren aportar ideas y dar a conocer el muro”.

Este pintor también retrató días después de su muerte a Nickol Valentina. El hombre decidió plasmarla en el sitio donde lastimosamente falleció. Por lo que sus retratos se han convertido en altares de conmemoración.

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