Con el retorno a la presencialidad en la llamada ‘Ciudadela Educativa’, de manera específica en la Calle de los Estudiantes, reapareció el caos vehicular en esta parte de la Comuna 7 de Bucaramanga, especialmente en las denominadas ‘horas pico’.
De noche y de día, vías como la calles 56 y 61, así como las que conducen a la Diagonal 15 y al Viaducto Alejandro Galvis Ramírez, se vuelven intransitables para quienes intentan ingresar o salir de estos puntos de la capital santandereana.
“Desde que regresaron los estudiantes a las aulas, el pasado 7 de febrero, se forma un cuello de botella que hace que la movilidad sea insufrible”, dijo Raúl Alberto Moreno, un conductor que reside por estos lados y quien se moviliza a diario con su automóvil por allí.
“A veces he tenido que soportar trancones de 20 y hasta 30 minutos para pasar por la calle 56. Eso es terrible”, dijo Julián Monsalve, residente en el sector de Plaza Mayor.
Q’hubo visitó la zona y constató que en la calle 56, a la altura de urbanizaciones como Macaregua, Ciudad Bolívar y el Centro Comercial Acrópolis, la congestión vehicular es mayúscula.
De acuerdo con las mediciones que hacen las autoridades viales, al menos 90 mil automotores, entre carros y motociclistas, circulan cada día por esta neurálgica zona de Bucaramanga.
Iván Rodríguez, director de Tránsito de la capital santandereana, “en estos momentos la entidad tiene designadas varias cuadrillas o unidades de agentes que se encargan de impartir el orden en ese sector de la Ciudadela, de manera específica en la Calle de los Estudiantes, para agilizar la movilidad”.
El funcionario fue enfático en decir que, durante las denominadas ‘horas pico’, dada la gran cantidad de instituciones educativas que allí funcionan, se movilizan cerca de 25 mil estudiantes de colegios y de las UTS: “de ahí la importancia de los operativos de contingencia que se han venido implementando, sobre todo, con el regreso a la presencialidad en las aulas”.
¿QUÉ DICEN LOS EXPERTOS QUE SE DEBE HACER?
Si este sector de La Ciudadela quiere salir del atolladero en el que se encuentra sumergido, además de la adopción de un plan de contingencia vehicular y de mejorar la movilidad masiva de pasajeros del transporte urbano, se deberán ejecutar obras cuanto antes.
Así lo estiman los expertos, quienes aseguran que la Comuna 7 de Bucaramanga afronta las consecuencias de un atraso vial de al menos 30 años, el cual nos está pasando la cuenta de cobro hoy y nos tiene sumergidos en trancones monumentales.
En el diagnóstico vial de los planes de Bucaramanga se aclara que, por estos lados, será necesario construir más corredores viales, deprimidos e incluso adoptar una estrategia de circulación que fije un pico y placa más rígido en ese punto.
Este tipo de acciones permitirían descongestionar el sector: “Se debe organizar una estrategia vial, para que la zona cuente con suficientes salidas e ingresos rápidos”.
Entre las obras que los expertos han planteado hay algunas que quedaron a la deriva, como la del acceso norte al Viaducto de la Novena y la Troncal Norte-Sur, proyectos que según ellos no se han ejecutado por una evidente desidia oficial.