A Roberto Jaimes Prada más que el dolor que sufrió en el rostro durante la caída de su casa, lo atormenta que su familia se haya quedado sin techo debido al deslizamiento que se registró ayer en la tarde en la orilla de la quebrada La Rosita, en el barrio José Antonio Galán de Bucaramanga.
La tierra se removió, tumbó el muro de contención y destruyó cinco casas construidas en madera y zinc.
Ocurrió a las 5:00 de la tarde en el sector Club Gallineral, 100 metros abajo del puente de Gasan. Los residentes sintieron cómo el mundo se les ‘venía encima’ corrieron de un lado a otro e intentaron ‘salvar’ lo que más pudieron y evacuar. En minutos, las viviendas se desplomaron.
Por fortuna, no hubo víctimas fatales, solo daños materiales. El único lesionado fue Roberto Jaimes, de 64 años, quien fue golpeado por una lámina de zinc mientras salía. En total 9 adultos y 4 menores de edad se quedaron sin vivienda.