Entre zancos, risas y clavas tres jóvenes circenses de Piedecuesta dieron origen a una agrupación artística que tiene mucho talento y creatividad.
Omar Parra, Wilmer Peña y Gerson España hace siete años se encontraban practicando en un parque cuando fueron contratados para hacer un espectáculo juntos. Si bien, cada uno llevaba más de cinco años de experiencia en el campo, decidieron que creando una agrupación podrían juntar técnicas y hacer algo nuevo.
Al día siguiente de la presentación, se les ocurrió llamarse Meraki, una palabra griega que significa hacer algo con amor, pasión y creatividad, poniendo el alma en ello.
Desde su propuesta como artistas quieren innovar en la creación de diferentes números de circo, pero llevándolos más allá de los riesgos normales.
“Nosotros tenemos un número de malabares que hacemos los tres, se llaman ‘las clavas del destino’ y fue ganador en el Ministerio de Cultura como Mejor Número de Circo en la categoría de grupo”, cuenta Omar Parra.
Trabajo con niños
El circo ha estado de la mano con el entretenimiento para niños, pues son sus risas y curiosidad las que alimentan el show. Sin embargo, han sido ellos quienes desde temprana edad han sentido interés por aprender por este arte.
Omar Parra trabajó durante cinco años en la enseñanza de técnicas como acrobacia, danza aérea y uso de los zancos a niños en edades entre los 2 y 6 años. En este primer acercamiento, notó el interés y la facilidad con que los más pequeños aprendían de este arte y es por esto que se dió a la tarea de enseñarles a sus dos hijos.
Como parte del trabajo grupal de Meraki, desde hace un año enseñan clases de expresión corporal , malabares, zancos y gimnasia a niños y adolescentes del barrio Villanueva del Campo en Piedecuesta.
Golpeados por la pandemia
Al igual que muchas personas, a Meraki Circo la pandemia y el confinamiento los ‘golpeó’ fuertemente. Pues debido al distanciamiento social y la incertidumbre inicial frente a la propagación del virus, los espectáculos artísticos fueron los primeros en cerrarse.
“Nos cancelaron varios eventos que teníamos, durante ese tiempo fue muy poco el acompañamiento del Estado a los artistas”, comenta Parra.
Es así como en medio de las dificultades surgió la estrategia ‘Circo al Barrio’, que consistía en recorrer las calles de los distintos sectores de Piedecuesta cambiando la monotonía y soledad por sonrisas.
El grupo iba por las cuadras junto a un bafle y con protocolos de bioseguridad, haciendo sus presentaciones. Y a cambio, las personas hacían sus aportes desde las ventanas para respetar el distanciamiento.
El circense explica que durante estas fechas no contó con apoyo de la administración municipal y que si bien, el Ministerio de Cultura realizó algunas convocatorias, estas eran virtuales y desde sus casas no podían participar.
“No es lo mismo salir a un escenario o a una calle a presentarse, que hacerlo en una casa estando limitados por el espacio. No se puede hacer zancos por los techos”, agregó Parra.
Hasta los últimos meses el sector artístico ha podido recuperarse económicamente.
En el caso de Meraki Circo han ampliado sus integrantes y ahora participan Yesica León, Johan Parra y Sara Parra y esperan seguir generando sonrisas con sus presentaciones.