El 24 de noviembre pasado, en medio de una fuerte temporada de lluvias en Cimitarra, Santander, la tierra empezó a ceder en la vereda La Jota, ubicada a 17 kilómetros del casco urbano.
“Es algo muy extraño que nunca habíamos visto por este sector”, dijo el concejal de Cimitarra Diego Galvis, quien también habita el sector afectado.
La situación es preocupante. En total 10 familias campesinas dedicadas al cultivo de cacao y aguacate han tenido que ver, impotentes, cómo la tierra se ‘come’ sus viviendas. En unas partes, el terreno ha cedido hasta cuatro metros y en otras el piso, simplemente, se hunde.
“Tenemos dos viviendas que desaparecieron y otras ocho han resultado afectadas. A la gente le tocó salir corriendo y la Alcaldía les está dando $330.000 para pagar un arriendo en el pueblo, pero eso es solo por tres meses”, relató el cabildante.
El tiempo corre y ya se va a cumplir un mes desde que inició la emergencia, así que para las familias afectadas es una carrera contrarreloj para obtener respuestas y, sobre todo, una solución definitiva al problema.
Vías afectadas
El otro gran inconveniente que tienen los habitantes de la zona rural en Cimitarra es que el inexplicable movimiento de tierra en la vereda La Jota dejó intransitables las vías de acceso, que también impacta sobre los habitantes de la vereda Altamira.
“Ellos están incomunicados para carros. La gente, como pudo, abrió un caminito que solo permite el paso de motos”, indicó el concejal.
En medio de la preocupación, líderes comunales buscan que la Gobernación o entidades como la Universidad Industrial de Santander pueda llegar a la zona, para realizar un estudio especializado al terreno.
“Lo que queremos saber es si el sector ya no se puede habitar o si la tierra ya se movió lo que se tenía que mover y las familias pueden retornar”, agregó Galvis.
Plan de atención
El asesor de la Alcaldía de Cimitarra en temas de gestión del riesgo, Elkin Espinel, dijo que ya se realizó una visita para conocer la situación y se les prestó ayuda humanitaria de emergencia a las familias afectadas.
“Ya solicitamos la visita de una comisión de geotecnistas expertos, para determinar si el terreno es estable o no, y así poder iniciar gestión con el Departamento o con la Nación para un proceso de reubicación, si es necesario”, dijo el funcionario.
Según Espinel, de Acuerdo a la Ley 1523 la Corporación Autónoma de Santander tiene la obligación de apoyar con sus expertos este estudio sobre el terreno de la vereda La Jota.
“Esto se hace necesario pues la situación supera la capacidad del Municipio, que no cuenta con personal experto en esa área, como sí los tiene la CAS. Ya enviamos el oficio con copia a la Gobernación de Santander”, agregó el profesional.
Mientras tanto, la Alcaldía brindó apoyo con ayuda alimentaria y no alimentaria, y para algunas familias afectadas se les está brindando subsidios de arrendamiento.
“En este momento no podemos comprometernos a reconstruir sin antes estudiar el terreno”, agregó Espinel.
