Pocos días antes de elecciones de 2019 donde varios candidatos se disputaban la Gobernación de Santander, Ángela Hernández sintió algo extraño en su cuerpo.
Se preparaba para participar en un debate televisivo, pero cuando le fueron a poner el micrófono de solapa sintió una masa en su pecho, era del tamaño de una bola de ping-pong.
No era la primera vez que sentía esa masa, pues desde el 2016 la había detectado, pero en 2019, el tamaño ya era preocupante.
Le había prestado atención desde entonces, acudió a profesionales de la salud para descartar cualquier complicación; sin embargo, el diagnóstico de 2016 fue que se trataba de una bolita de grasa que se disolvía con vitamina E.
“Durante tres años no me mandaron a una ecografía o a un especialista, y yo en mi ignorancia no desconfié, si a uno el médico le dice que está bien pues todo bien, uno se va contento”, le contó Hernández a Kien y Ke.
Así pasó tres años, entre diagnósticos errados y visitas al médico. Finalmente en enero de 2020, a sus 29 años, le practicaron la primera biopsia. Meses después, ya durante la pandemia, le informaron que tenía un cáncer de seno que la alejó de su pasión, la política.
Era un cáncer triple negativo, de los más agresivos y de los menos comunes. No era un diagnóstico nada sencillo, había avanzado mucho.
En lo primero que pensó fue en su hijo de dos años y en su esposo. Sin embargo, juntos emprendieron la lucha. Su esposo y su hijo se raparon la cabeza para darle ánimo.
Empezaron los tratamientos y procedimientos, entre esos una mastectomía, quimioterapias, radioterapias y demás.
Al terminar las radioterapias, los exámenes mostraron que Ángela estaba ‘limpia’, no había rastros de cáncer en su cuerpo. El 28 de junio de este año, tocó la campana como símbolo de haber vencido a la enfermedad.
Entonces inició su ‘Gira Rosa’ para concientizar a mujeres y hombres sobre el cáncer de mama.
Pero hace pocas semanas algunos síntomas encendieron de nuevo las alarmas, sentía adormecimiento de extremidades y parálisis facial por lo que fue necesario realizar múltiples exámenes.
Su proceso lo iba compartiendo en sus redes, “sigo sin un diagnóstico, no sé qué tengo en mi cuerpo; lo que sí sé es que el creador del universo me tiene en sus manos y que juntos vamos a ganar esta pelea”, escribió el pasado 29 de noviembre.
El 7 de diciembre recibieron por fin el diagnóstico: el cáncer había regresado, esta vez en la médula.
“Necesitamos un milagro, y conocemos el Dios de los milagros. Gracias a todos ustedes por acompáñanos en esta dura prueba, hoy más que nunca necesitamos de sus oraciones y de su amor, siempre gracias”, escribió Ángela en el encabezado de un video en el que la acompaña su esposo Jefferson, su apoyo fiel durante todo este proceso.
Desde ese día, cientos de personas se han volcado a las redes sociales para pedir oración por su sanación, esperando que la segunda sea la vencida.