Las ganas de salir y sacar adelante a sus hijas, llevaron a Rosalba Suárez y a César Barrios, a comprar una heladería que llevaba años ubicada en una de las esquinas del parque principal de Floridablanca.
Heladería de los Pirineos, pasó a ser de ellos en el año 1979, cuando estaban en sus 30’s y la vida parecía que les seguiría sonriendo.
“La heladería se compró porque cuando era niño trabajé en eso. Yo me crié en Barrancabermeja y allá trabajé con helados, después pasé a trabajar en billares, luego en una gallera y así, pero me gustaba lo de los helados, sabía prepararlos y se dio la oportunidad de comprarlo y empezamos”, precisó Barrios.
A través de los años, los productos, el local y el gremio fueron cambiando. De los helados caseros, pasaron a hacer sus propios conos de chocolate, vasitos y finalmente, cuando ‘el pez grande se comió al pequeño’, dejaron eso atrás y empezaron a vender helados de todo tipo, más comerciales, pero conservando su toque en la crema.
Parecía que habían sobrevivido a todo, pero faltaba una pandemia y, con ella, parecía que se ahogaban en aguas muy ‘frías’.
“La pandemia nos dio terrible, nosotros tuvimos que cerrar 8 meses, fue tenaz, tuvimos que vender una casa para poder subsistir esos meses, la teníamos en Floridablanca y ahora vivimos en La Mesa.
“Volvimos a abrir y no era igual, no se podía dejar entrar a la gente, la gente ni salía, mejor dicho, hasta ahora nos estamos recuperando y por eso estamos abriendo el punto en La Mesa, que ya tiene 1 mes”, contó Suárez.
Ahora todas las expectativas están puestas para que su negocio siga creciendo y pronto se recupere de los tiempos difíciles vividos en este último año y medio.
“Nosotros queremos seguir adelante, podemos decir que esto es lo único que le vamos a dejar a nuestros hijos, por eso seguimos trabajando.
“Las cosas han bajado, pero esto no sigue así, esto tiene que mejorar y cuando la pandemia pase a la historia, volveremos a decir que salimos a flote”, puntualizó César.
Por su parte, Rosalba prefiere dejar todo en manos de Dios.
“Yo me siento bien, yo sé que eso va a prosperar, confiando en Dios todo sale bien. Los Pirineos es nuestro sustento, con eso hemos sacado adelante a nuestras hijas, es nuestro tesoro, porque no hemos hecho nada más”, precisó Rosalba.