Tal y como ocurrió recientemente con las murallas de Cartagena, en Bucaramanga se desató una polémica por la pintura que se les aplicó a algunas de las piedras de Barichara que conforman la Plaza Cívica Luis Carlos Galán Sarmiento, así como a las famosas cariátides del Palacio de Justicia.
El ‘retoque’ fue aplicado en el costado oriental de la referida plaza, donde se hacen las presentaciones públicas, y en las estatuas que enmarcan la entrada del Palacio. Según los expertos, los colores que se utilizaron ‘desentonan’ con las mismas estructuras y con el valor histórico del lugar.
De acuerdo con el arquitecto e historiador Antonio José Díaz Ardila, “este hecho constituye una afectación al patrimonio arquitectónico de la zona Centro y va en contra de su legado”.
Recordó que la Plaza Cívica se hizo con más de 16 mil piedras de Barichara, talladas a mano, cuyos encantos naturales se dañan con una intervención de pintura como la que se les practicó.
Tal y como se evidencia con los registros gráficos, captados ayer en ese lugar por Vanguardia, una pintura de colores amarillo y rojizo se ve en algunos muros. Eso, de inmediato, despertó el rechazo y la indignación.
En cuanto a las esculturas (cariátides) del Palacio de Justicia, según Díaz Ardila, también hay una grave afectación en la medida en que el ‘retoque’ no corresponde con la tonalidad original.
Díaz Ardila recordó que estas estatuas estaban en la fachada del viejo edificio del Palacio de Justicia de Bogotá, inaugurado en 1926, y son del escultor colombiano Félix María Otálora.
El 9 de abril de 1948 ese palacio fue incendiado y esas esculturas las compró como escombros un señor, quien las puso a la entrada de su finca en la Sabana.
Don Alejandro Galvis Galvis, fundador de este diario, las compró y las ubicó en Vanguardia, en la calle 34 con carrera 13 esquina nor-occidental. Posteriormente, su hijo, Alejandro Galvis Ramírez, las donó al Palacio de Justicia, mientras que el arquitecto Mario Pilonieta hizo el diseño del pórtico actual.
Para el historiador Emilio Arenas, “la pintura de estas zonas no fue un acto de mala fe contra el patrimonio, sino un desconocimiento de la importancia histórica que estos escenarios tienen”.
Jorge Eduardo Vesga Carreño, director seccional del Consejo Superior de la Judicatura y quien tiene a su cargo la dependencia del mantenimiento de la planta física del Palacio de Justicia, dio su versión de los hechos.
Según él, “durante los últimos meses se han registrado múltiples manifestaciones públicas y para nadie es un secreto que durante esas protestas estas locaciones se han visto afectadas con grafitis y daños a los muros, tal y como es el caso de la edificación del Palacio”.
“Fue así como procedimos a contratar las labores de mantenimiento de estos lugares. Pero, lamentablemente, el contratista se excedió en las labores de limpieza y por desconocimiento del valor histórico de estos escenarios los intervino de esa forma”, aclaró.
Sin embargo, dijo que “la Dirección Ejecutiva Seccional se encuentra interesada en llevar a cabo la restauración y la conservación de las cariátides que conforman el frente de la entrada principal del Palacio, tal y como se debe hacer”, informó.
Y agregó que, “para hacer este mantenimiento de la forma adecuada, respetuosamente le solicitamos el debido acompañamiento técnico al Instituto Municipal de Cultura y Turismo, Imct, con el propósito de conocer el tratamiento idóneo para su conservación”, añadió.
“Esto lo planteamos teniendo en cuenta que las mencionadas esculturas han sido afectadas por manchas de pintura, ocasionadas por grafiteros y manifestantes de las marchas y paros nacionales convocados en la plazoleta Luis Carlos Galán Sarmiento, requiriéndose su limpieza con el fin de mantener el estado original de la piedra”, puntualizó.
