Gran sorpresa genera saber sobre la existencia de una raza de perro nacional estándar que pudo haber sido reco-nocida mundialmente. El Parque Nacional de la Cultura Agropecuaria, Panaca, ubicado en Quimbaya, Quindío, resguarda a tres de los últimos ejemplares que quedan. Uno de ellos es exhibido en la Feria Ganadera de Buca-ramanga, que se extiende hasta el próximo domingo.
Una de las estrellas del show que ofrece el parque en Cenfer es Honorio, uno de los escasos gegar colombianos sobrevivientes. Cuando el presentador del evento anuncia su salida, junto a su cuidador desfila orgulloso y enérgico por la pasarela para mostrarle al público toda su belleza, con sus orejas bien levantadas y cola enroscada.
Arley Jaramillo, guía canino de Panaca, explicó que la raza gegar colombiana fue desarrollada hace casi 50 años por iniciativa de Germán García y García, quien fue fundador de Gegar Televisión, programadora del recordado programa Animalandia. «El gegar surgió cruzando las razas basenji de África, Canaan Dog de Israel y un perro criollo de la costa atlántica colombiana».
El experto canino señaló que faltó trabajo de información genética para lograr el registro en el Club Canino Colombiano. «Esto impidió ser reconocidos ante el mundo. Cuando fallece Germán García se detuvo todo el proceso que él venía siguiendo y hasta ahí quedó la raza».
De acuerdo con Jaramillo, estos perros son muy ágiles en proporción a su tamaño. También se destaca por su fuerza y resistencia. Una de sus curiosidades es que no puede ladarar. «Como proviene del basenji es una raza que no ladra, es completamente mudo. Emite un sonido parecido a un grito o chillido».
Sobre su personalidad el guía asegura que son una compañía perfecta. «Son perros que les gusta estar con los humanos. Son espectaculares para los hogares, son perros muy tranquilos».
¿Se logrará continuar la raza?
En Panaca permanecen tres gegar colombianos. Son una madre, una hija y un hijo (Honorio), que fueron dona-dos al parque por la familia de García y García. «Se ha tratado de preservar la raza allí, pero como son de la misma familia no se han podido reproducir entre ellos para no alterar la genética y evitar que nazcan cachorros con problemas», explicó Jaramillo.
También se tiene conocimiento de otras dos gegar hembras en Ibagué y Quindío, pero también son hijas de la misma hembra. Es decir, tampoco se podrían reproducir con Honorio. «La idea es tratar de conseguir otro ejemplar que podamos cruzar y darle continuidad a la raza para que no desaparezca».
Otra alternativa que se estudia con veterinarios es el posible cruce con un basenji, que es la línea base de la raza.
Actualmente se trata de impulsar una nueva raza, que sería el sabueso fino colombiano. «Están en proceso de adquisición de ejemplares para reproducción, que deben cumplir con ciertas especificaciones y un cierto número para estandarizar la raza».