Cabras y pollos muertos, pastos secos y racionamiento de agua hacen parte de los estragos que se generan por las altas temperaturas que azotan a Capitanejo durante los últimos días.
En los últimos días la temperatura en esta población alcanzó los 40 grados centígrados. No obstante, la sensación térmica para los habitantes de Capitanejo fue de 43 grados, lo que los tiene, literalmente, desesperados.
Según narró el ex alcalde de Capitanejo Jhony Pinzón, “las altas temperaturas, que se mantienen durante gran parte del día, generan pérdidas en el sector de la industria caprina y avícola. Hay animales que han muerto por las altas temperaturas”.
Pinzón dijo que, en su caso, tiene una microempresa que se dedica a la cría de aves de corral y cada día, al menos tres animales mueren por las altas temperaturas. Este episodio se repite entre las 11:00 a.m. y las 2:00 p.m.
En las veredas de la parte alta ya no se ve vegetación verde, se están muriendo crías de cabros por deshidratación y el agua escasea. Asimismo, la compra de alimento para los animales se ‘disparó’.
Para el caso de la población urbana, en algunas horas del día se programaron racionamientos de agua. La interrupción en el servicio arrancó desde enero pasado.
El exalcalde del municipio hizo el llamado a las autoridades para que se disponga un carrotanque que distribuya agua para las veredas.
Ante el sofocante calor, los capitanejanos adoptaron medidas para evitar problemas de salud por la radiación solar, como el uso de bloqueador, sombrillas, sombreros y ropa manga larga.
Los lugareños añoran el clima de tiempos pasados, cuando la temperatura subía máximo a 28 grados. “Nunca se había sentido un calor tan intenso. Anteriormente en el municipio corría bastante brisa que ayudaba a refrescar. Este año está peor que los demás”, finalizó Pinzón.
De acuerdo con las mediciones de los últimos años, Capitanejo es el municipio más caliente de Santander.