El 1 de junio de 2023 se firmó el acta de inicio de las obras de remodelación de la plaza San Francisco, las cuales fueron culminadas a cabalidad en pasados días, a pesar de que a los comerciantes se les anunció que los trabajos serían finalizados en ocho meses.
Los adjudicatarios del área de cocinas, los más afectados con los retrasos registrados en las labores de construcción, esperaban que en enero de 2024 ya pudieran volver a operar sus restaurantes, pero no pudieron debido a las tareas inconclusas y a los desórdenes de materiales.
Después de largos meses de espera, los comerciantes afectados pudieron abrir nuevamente sus negocios y a generar ingresos por medio de la venta de desayunos, almuerzos y comidas.
La Alcaldía de Bucaramanga responsabilizó a la anterior administración
El gobierno de Jaime Andrés Beltrán sacó adelante las obras inconclusas que quedaron de la administración de Juan Carlos Cárdenas, periodo en el cual se registraron graves fallas, como filtraciones y defectos en tejados que resultaron afectando mercancías de los comerciantes.
“Los comerciantes, quienes fueron afectados por la falta de planeación en 2023, año en el que, sin concertación, les fueron demolidas sus negocios, recibieron sus nuevas cocinas industriales, completamente dotadas y modernas”, informó la Alcaldía de Bucaramanga.
“Cuando iniciamos este año, encontramos este lugar completamente desolado, pero hoy les estamos entregando a la comunidad unas cocinas con la calidad que merecen”, resaltó María del Rosario Torres Vargas, secretaria de Infraestructura de Bucaramanga.
El gobierno anterior no garantizó los recursos necesarios
En 2023, el gobierno local destinó $7.185 millones y anunció la remodelación de la plaza San Francisco. Sin embargo, la actual administración señaló que ni siquiera se planearon las cantidades de trabajos necesarios ni tampoco se aseguraron los recursos requeridos.
“El proyecto inicial no contemplaba la demolición de las cocinas, ni siquiera tenía destinación de recursos para esta actividad. Por la falta de planeación, la destrucción se llevó a cabo, sin tener un plan para la transformación del entorno”, manifestó el gobierno actual.
Para cumplirles a los comerciantes y restablecer sus negocios fue necesario gestionar una inversión adicional cerca a los $1.200 millones.
Según lo informado por la Alcaldía de Bucaramanga, los afectados también recibieron “un nuevo mobiliario por un costo de $800 millones, además, la restauración de la cubierta, que presentaba filtraciones de agua y ponía en riesgo el desarrollo del servicio gastronómico”.