El amor y generosidad de la comunidad Guanelliana llegó desde muy lejos, pero a base de buenas obras se ha vuelto un sentimiento cálido y cercano que beneficia cientos de vidas florideñas.
Fue en 1987 cuando arribó a Bucaramanga el religioso Silvano Poletto Goldin de la congregación Italiana Siervos de la Caridad con el objetivo de establecerse en tierras colombianas.
La expedición italiana recorrió casi todo el área metropolitana con el fin de encontrar el lugar indicado para erigir la parroquia. Los barrios Regaderos del Norte de Bucaramanga y Santa Ana de Floridablanca parecían ser las opciones hasta que encontraron un generoso terreno de 780 metros cuadrados frente al Sector C de Bellavista. Ese lugar sería el hogar de sentir Guanelliano.
Ya para el 25 de agosto del mismo año se puso la primera piedra para la construcción del templo y las principales obras parroquiales.Dos años después, el 8 de diciembre se inauguró el templo que hasta hoy en día recibe a los más de 10 mil fieles de los sectores de Bellavista y Panorama.
Desde entonces, la parroquia Santa Lucía se ha convertido en un emblema de ayuda comunitaria a todos ‘los buenos hijos’, sin importar la edad, condiciones socioeconómicas o capacidades físicas, todos hacen parte de un sólo sentir.
De la parroquia a las aulas
El Colegio Santa Lucía es una obra que recibe a 180 estudiantes de preescolar hasta undécimo grado. Esta semana la institución educativa celebró sus primeros 25 años con una multitudinaria celebración de Interclases.
Su amor no tiene edad ni fecha de caducidad
La comunidad Guanelliana cuenta con la obra social en el Centro Vida Techo Fraterno Sagrada Familia. Son 79 adultos mayores quienes se benefician de actividades lúdicas y la atención del personal. Las intalaciones donde operan queda justo al lado de la parroquia.
Ellos son los ‘buenos hijos’
En el Centro Educativo y de Rehabilitativo San Luis Guanella, 40 personas con Síndrome de Down y otros diagnósticos reciben talleres de motricidad y disfrutan de un ambiente lúdico. El padre Raúl Rodríguez les llama cariñosamente ‘los buenos hijos’. El Seminario San Luis Guanella es el lugar donde operan.
Redacción: Felipe Jaimes Lagos.