A menos de cuatro días del anunciado regreso a clases presenciales, en San Gil no está claro aún si alumnos y maestros se encontrarán de nuevo en las aulas. El escenario es incierto y las partes siguen mostrando su desacuerdo con la orden impartida desde el Gobierno Nacional.
Los últimos en hacerlo fueron los personeros de las instituciones educativas quienes se reunieron y acordaron unir criterios para enfatizar en que, por lo menos en el municipio no se dan las condiciones mínimas para pensar que volver a clases es la mejor alternativa.
Una de las razones en la que todos coinciden es el número de contagios que afronta el municipio y, sobre todo, la alta ocupación de la zona de atención COVID-19, especialmente la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Regional de San Gil, en donde se trabaja al 100% de la capacidad instalada desde hace un mes aproximadamente.
Bárbara Romero Rondón, representante estudiantil ante el Consejo Directivo del colegio Nuestra Señora de La Presentación, contó, mientras se le quebraba la voz, que su papá está justamente en una UCI en Cúcuta a causa del virus, que le contagió una hermanita, quien a su vez contrajo la enfermedad en el colegio donde estudiaba.
Los representantes estudiantiles entienden que el contagio es alto y el riesgo es para ellos y sus familias. Lizeth Figueroa, contralora del Colegio Luis Camacho Rueda, expresó que con su mamá enferma de cáncer es imposible arriesgarse a regresar a clases.
No se trata solo de vacunar a los docentes, los estudiantes solicitan ser priorizados por el Gobierno Nacional en el programa de inmunización contra el COVID-19.
Juan José Miranda, personero del Colegio Nacional San José de Guanentá, expresó que ellos quieren volver a clases, pero con las garantías suficientes.
Miranda expuso también la preocupación de colegios, que, como el suyo, reciben gran número de estudiantes y en donde a pesar de tener espacios amplios, es imposible pensar que todos puedan volver porque hay salones en donde el número de estudiantes llegan o superan los 40 alumnos.
Problemas de infraestructura
Los personeros y voceros estudiantiles recordaron también las falencias de infraestructura que enfrentan las instituciones.
“En el mío no hay agua”, sentenció María Mogollón, de la Institución Educativa San Juan Bosco.
En medio de la conversación, los estudiantes recordaron condiciones como la del Colegio San Carlos, en donde cerca del 50% de la infraestructura está fuera de servicio, condición que representa un agravante al momento de volver a clases porque la sede alterna de la escuela San Martín, usada para albergar alumnos de secundaria por la emergencia, tampoco cuenta con las condiciones idóneas.
Los reclamos son acordes a los manifestado durante los últimos meses por los rectores de las diferentes instituciones como la institución educativa rural Chapala, en donde varias de las sedes en las veredas están a punto de caerse o con falencias de servicios de agua.
A la espera de reunión
En San Gil no se conoce si habrá o no clases presenciales. El Comité de Alternancia se reunirá hasta el próximo 12 de julio y se espera que en ese momento ya se conozcan decisiones que tome la Secretaría de Educación de Santander para saber si seguirá virtual o presencialmente las clases, explicó Mauricio Ardila, secretario de Gestión Social del municipio.
El funcionario indicó que con la ocupación hospitalaria de UCI actual es muy difícil pensar que clases presenciales.
