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Nueve familias en riesgo por la caída de un árbol en Bucaramanga

En Albania, Bucaramanga, diversas familias se han quedado sin un techo en donde vivir. Están a la espera de un contrato de poda.

Si no fuera por el crujido de la madera antes de caer, Martha Rodríguez hubiera recibido el impacto de una rama que estaba a diez metros de altura. 

El desprendimiento ocurrió ya pasadas las 11:00 de la noche del martes 14 de mayo en un asentamiento de Albania. Aunque pareciera una sorpresa, lo cierto es que la situación de riesgo es ‘una tragedia ya anunciada’ debido a que los propios residentes de la zona habían notificado a los entes municipales desde el año 2021. 

La familia de Rodríguez está compuesta por ella, su esposo y la compañía frecuente de cuatro menores de edad. Precisamente tres menores de edad estaban descansando en sus respectivas piezas y si no fuera por la reacción de Martha, éstos se hubieran quedado en el recinto que quedó totalmente destrozado. 

Por la parte baja del barrio Albania, en la comuna 14 de Bucaramanga, se reportaron más de 9 viviendas de autoconstrucción que están bajo la amenazas de los imponentes ‘brazos’ de tres caracolís que superan los 15 metros. 

Ya estos dos árboles han causado estragos en el sector, hace dos años las ramas acabaron con la vivienda de otra residente de la zona, quien tuvo que recoger los cimientos del desastre e irse a vivir en otra parte de Albania. 

El caso de esta persona es el de Nancy Patricia Sequeida Rivera, quien tenía una ‘chozita’ con cocina y una pequeña sala. De tal estructura sólo quedaron en los escombros de aquellos impactos repentinos que suelen ocurrir. 

La situación de riesgo se presenta desde que el asentamiento comenzó a edificar en la zona hace seis años, los individuos arbóreos presentan gran edad y la propia Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, realizó el respectivo análisis de estos. 

La autoridad ambiental dió la autorización para podar en un 30% la copa de tres caracolís con el fin de reducir altura y quitarle peso a la especie. 

Así quedó la vivienda de Martha Rodríguez. /FOTOS Y REDACCIÓN: FELIPE JAIMES LAGOS.

Se le iban por ‘las ramas’

Desde mediados de 2022 y con la autorización de la Cdmb, los propios habitantes del sector conocido como Riveras de Morro, emprendieron la búsqueda de los compromisos con la Emab y de la Essa. 

Ambas entidades debían informar a la comunidad que primero se debía destechar y desalojar las viviendas para que se puedan ejecutar de manera correcta las labores de poda. Comprometidos mediante las firmas en un acta en septiembre de 2023, los residentes tenían la esperanza de que ya por fin iba a mitigar el riesgo.

No obstante, la entidad que tiene la última palabra para realizar un contrato de poda en la ciudad es la Secretaría de Infraestructura. En un inicio no hubo problema con el adelanto del trámite hasta que llegó diciembre de 2023 y dicho contrato nunca se celebró. 

Desde entonces, la comunidad, con autorizaciones y compromisos en mano, está buscando que la administración municipal pueda continuar con la parte final de la solicitud antes de que otro desprendimiento se convierta en una tragedia material y mortal. 

Q’hubo, se comunicó con Secretaría de Infraestructura de Bucaramanga y la subsecretaría, pero no recibió respuesta alguna sobre el estado actual de la solicitud ciudadana. Por lo que la última palabra la tienen 3 individuos, los cuales son robustos, altos y que en cualquier momento pueden demoler otra casa más en las ‘Riveras olvidadas’. 

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