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Así fue que particulares ligados a clan político se quedaron con las marcas de la Licorera de Santander

Desde 2020 y sin que la opinión pública se diera cuenta, los derechos de las marcas Empresa Licorera de Santander, Aguardiente Superior y Ron Búcaro, le pertenecen a dos clanes políticos y megacontratistas del sector minero.

Así como en la clandestinidad los comerciantes ilegales adulteran la producción de bebidas alcohólicas mediante la sustitución de la materia prima durante el proceso de destilación, una pareja de esposos relacionada con uno de los clanes políticos más fuertes en Santander se quedó, de manera silenciosa, con los derechos de marca de una empresa pública que en el siglo pasado fue parte fundamental de la identidad de toda una región: la Empresa Licorera de Santander.

Esta es la historia de un problema de ‘marca mayor’, que quedó planteado con el anuncio del gobernador Juvenal Díaz de revivir la producción de los recordados Aguardiente Superior y Ron Búcaro, emblemáticos licores que acompañaron por décadas la alegría de los santandereanos en ferias y fiestas en el departamento y todo el país, pero que desaparecieron con la liquidación de la Licorera. Ahora un gran lío se avecina pues los sellos y derechos de marca de esos licores están en pleno trámite por parte de particulares, así como el logo-símbolo “Orgullosamente Santandereano”, presente en las botellas.

La primera alerta la lanzó esta semana el representante a la Cámara por Santander, Álvaro Rueda, quien denunció en la plenaria de la corporación que personas cercanas a un poderoso grupo político se habrían apropiado de manera irregular de la histórica marca Empresa Licorera y las fórmulas de los legendarios licores.

Así como en la clandestinidad los comerciantes ilegales adulteran la producción de bebidas alcohólicas mediante la sustitución de la materia prima durante el proceso de destilación, una pareja de esposos relacionada con uno de los clanes políticos más fuertes en Santander se quedó, de manera silenciosa, con los derechos de marca de una empresa pública que en el siglo pasado fue parte fundamental de la identidad de toda una región: la Empresa Licorera de Santander.

Esta es la historia de un problema de ‘marca mayor’, que quedó planteado con el anuncio del gobernador Juvenal Díaz de revivir la producción de los recordados Aguardiente Superior y Ron Búcaro, emblemáticos licores que acompañaron por décadas la alegría de los santandereanos en ferias y fiestas en el departamento y todo el país, pero que desaparecieron con la liquidación de la Licorera. Ahora un gran lío se avecina pues los sellos y derechos de marca de esos licores están en pleno trámite por parte de particulares, así como el logo-símbolo “Orgullosamente Santandereano”, presente en las botellas.

La primera alerta la lanzó esta semana el representante a la Cámara por Santander, Álvaro Rueda, quien denunció en la plenaria de la corporación que personas cercanas a un poderoso grupo político se habrían apropiado de manera irregular de la histórica marca Empresa Licorera y las fórmulas de los legendarios licores.

Esto es absurdo, unos particulares vinculados con la clase política se apropiaron de los derechos de propiedad intelectual y derechos morales de la Empresa Licorera de Santander y sus marcas insignias, Aguardiente Superior y Ron búcaro, y no contentos con eso, dado el anuncio de querer revivir la actividad del monopolio de los licores en el departamento, hoy ante la Superintendencia Industria y Comercio se está tramitando la apropiación antiética de nuestra identidad cultural y el logo, orgullosamente santandereano, expuso Rueda.

La Unidad Investigativa de Vanguardia profundizó en la denuncia del congresista, encontrando una serie de presuntas inconsistencias detrás de la misteriosa fórmula del éxito de cuatro empresarios santandereanos, que, con solo $100 millones de capital inicial, comenzaron un emprendimiento de una cervecería artesanal pero terminaron apropiándose de la razón social de la Licorera de Santander. Todo esto tiene hoy en jaque el proyecto del gobernador Juvenal Díaz de revivir la empresa insignia de licores del departamento.

‘Hilos’ políticos

El 6 de mayo del 2020 fue matriculada ante la Cámara de Comercio de Bucaramanga la Empresa Licorera de Santander SAS, ELS, razón social que había sido liquidada en la administración del exgobernador Miguel Jesús Arenas, debido a la crisis de la entidad que sumaba $6.735 millones en pasivos.

Detrás de la resurrección comercial de la razón social de la Empresa Licorera estuvieron las parejas de esposos: Danny Villamizar Meneses y Juliana Villabona Pabón; así como Alcibiades Blanco Téllez y Diana Carolina Sánchez Porras.

Cada uno de los socios tuvo el 25 % de la participación accionaria de la firma licorera, que fue constituida como una microempresa que comenzó con un capital de $100 millones.

Aunque los cuatro empresarios aseguran ser ajenos a la política, en realidad todos tienen relación directa o indirecta con dirigentes y grupos de poder la región.

Tal vez el más relevante y reconocido, es Danny Alirio Villamizar, hijo del exsenador conservador, Alirio Villamizar, condenado en el escándalo de corrupción conocido como el ‘carrusel de las notarías”, además, Danny es hermano de Óscar Villamizar Meneses, actual representante a la Cámara, del Centro Democrático.

Los nombres de los hermanos Villamizar estuvieron en una polémica reciente, cuando en 2021 la Sala Civil Especializada en Restitución de Tierras del Tribunal Superior de Cúcuta les ordenó devolver a una familia campesina un lote que adquirieron en el año 2008 en zona veredal del municipio de Girón, a un precio muy inferior al valor real de la propiedad.

Otra de las socias de la nueva Empresa Licorera creada es Juliana Villabona Pabón, esposa de Danny Villamizar, nuera de Alirio Villamizar y cuñada de Óscar Villamizar.

Alcohol y petróleo

Con menos figuración pública, pero con igual o mayor poder que los Villamizar aparecen como socios de la empresa emprendedora que lleva el nombre de la emblemática Licorera departamental, los esposos Alcibiades Blanco Téllez y Diana Carolina Sánchez Porras, reconocidos megacontratistas del sector energético y de hidrocarburos en el país.

Tanto Alcibiades Blanco como Carolina Porras, son miembros de la firma Diseños y Construcciones, Discon SAS, empresa que tan solo en las vigencias 2017 y 2019, firmó tres contratos con Ecopetrol por valor superior a los $46 mil millones.

Actualmente Discon tiene un contrato Marco por cuatro años con Ecopetrol que le da prioridad para la ejecución de las obras civiles que necesite la petrolera en la región oriente del país, es decir, los llanos orientales colombianos.

Además, Discon tendría influencia en el manejo del Alumbrado Público del Socorro, en Santander, y Duitama, en Boyacá.

Javier Sánchez ingresó al sector minero energético gracias a su amistad con el exsenador Hugo Serrano Gómez, quien lo acercó a la contratación en empresas como la Electrificadora y la misma Ecopetrol.

La relación político empresarial la continuaron su hija y su yerno, quienes, además de ser socios y amigos del clan Villamizar, también son cercanos al senador liberal Jaime Durán (heredero político de Hugo Serrano), así como con Iván Mustafá, exgerente del Fondo Adaptación.

Actualmente, Alcibiades Blanco aparece como representante legal de la Empresa Licorera de Santander SAS, además de trabajar como asesor comercial de Discon, la firma de su suegro y su esposa.

Por su parte, Diana Carolina Sánchez registra ser empleada de la firma Discon, empresa de la cual es socia y propietaria.

Danny Villamizar y Alcibiades Blanco son amigos desde el colegio San Pedro donde cursaron bachillerato.

¿Licorera de papel?

Aunque la firma Empresa Licorera de Santander SAS fue constituida en 2020, después de cuatro años no ha reportada ganancias o movimientos financieros, de hecho, entre las vigencias 2021 y 2024 el capital reportado ante la Cámara de Comercio siempre fue de $98′731.500, es decir, 1′268.500 menos que su capital suscrito.

Pero no es lo único que queda en evidencia al investigar sobre la nueva Empresa Licorera, su sede de trabajo tampoco existe.

El siete de septiembre de 2022, tres años y medio después de su constitución, la Empresa Licorera de Santander SAS notificó en el registro mercantil el cambio de su sede, trasladándose de la calle 43 # 29-13, oficina 605 en Sotomayor, a la carrera 27 # 36 – 14 oficina 405, en el barrio Mejoras Públicas.

Según el registro, desde el 2022 la sede de la sociedad comercial funciona en la carrera 27 # 36 – 14 oficina 405, sin embargo, Vanguardia visitó las instalaciones del edificio empresarial, donde el vigilante de la recepción informó que en el inmueble no funciona ninguna empresa bajo ese nombre.

Si bien, en el tablero de la recepción se encuentra la reseña de que en la oficina 405 funciona la firma Match Cargo SAS, el mismo vigilante aseguró que esa oficina en particular se encuentra desocupada desde hace varios años.

Apropiación ‘exprés’

A pesar de no contar con sede, no tener movimientos financieros ni las instalaciones idóneas para la producción, embotellamiento y comercialización de bebidas alcohólicas, los emprendedores que crearon la empresa no solo tomaron el nombre de la antigua Empresa Licorera de Santander sino que además, actualmente adelantan ante la Superintendencia de Industria y Comercio los trámites para el registro de la propiedad industrial de la fórmula, marca e insignia de los emblemáticos Ron Búcaro y Aguardiente Superior.

De hecho, el 21 de mayo del 2020, quince días después de haber constituido la Empresa Licorera de Santander SAS, Danny Alirio Villamizar y Alcibiades Blanco, radicaron ante la Superintendencia de Industria y Comercio la solicitud de registro de la marca y el signo distintivo de Aguardiente Superior.

Según la gaceta del trámite, en la solicitud SD2020/0037343, la marca fue registrada favorablemente a favor de Villamizar y sus socios en noviembre del 2020, con una vigencia de 10 años, es decir, estará vigente hasta noviembre del 2030.

Situación similar ocurrió con la marca y el signo distintivo del Ron Búcaro, otro de los productos referencia del departamento, la cual, también fue apropiada por Villamizar Meneses y sus socios.

Así está evidenciado en la solicitud SD2022/0020754, a través de la cual el propio Danny Villamizar peticionó en marzo del 2022 la propiedad de la marca Ron Búcaro. En octubre de esa misma vigencia, la Superintendencia le concedió dicho registro de propiedad con una vigencia de 10 años. Estará activo hasta octubre de 2032.

Ambos procesos de registro fueron otorgados de manera ‘exprés’ por el exsuperintendente de Industria y Comercio, Andrés Barreto González, en el gobierno del expresidente Iván Duque.

Precisamente, el representante Óscar Villamizar Meneses, tiene una gran cercanía con el expresidente Duque. No obstante, al ser consultado por Vanguardia el Congresista santandereano negó tener alguna injerencia en los negocios de su hermano.

“No señor. Es un tema empresarial de mi hermano quien lleva haciendo empresa desde hace un poco más de 15 años”, explicó Óscar Villamizar a esta redacción.

Cabe señalar que ambas marcas le fueron otorgadas a los nuevos empresarios sin oposición alguna de la administración departamental del momento, la del exgobernador Mauricio Aguilar Hurtado, también cercano a los Villamizar.

Examen de fondo

Además de todo lo anterior, los empresarios radicaron en julio del año pasado, la solicitud SD2023/0065161. Esta vez Danny Villamizar volvió a solicitar el registro de la propiedad industrial de la marca, logo y tipografía de la frase “Orgullosamente Santandereano” y su símbolo distintivo.

Al contrario de las dos peticiones anteriores y ya con nuevo Superintendente nombrado por el presidente Gustavo Petro, la Superintendencia aún mantiene en revisión la solicitud de registro elevada por Villamizar y sus socios por inconsistencias en el trámite.

“Se han encontrado inconsistencias en la solicitud que no permiten aplicar el examen acelerado de requisitos de forma”, se lee en la gaceta del proceso.

Ante esta situación, la Superintendencia tiene bajo examen de fondo la petición de la Empresa Licorera de Santander SAS, inconsistencias que aún no han sido resueltas por los peticionarios.

“No vamos a pagar”: Gobernador

El gobernador Juvenal Díaz rompió el silencio y le salió al paso a la controversia suscitada en los últimos días por la apropiación, aparentemente irregular, de la razón social de la antigua Empresa Licorera de Santander por parte de particulares.

El mandatario de los santandereanos le confirmó a Vanguardiaque no tiene contemplado negociar por el nombre comercial ni por las marcas del Aguardiente Superior y el Ron Búcaro, aunque al otro lado de la controversia estén los Villamizar, quiénes lo apoyaron activamente en la campaña a la Gobernación.

Incluso, Díaz Mateus afirmó que de ser necesario creará una nueva empresa licorera de Santander.

“Vamos trabajando en los dos frentes, es decir, vamos a recuperar eso jurídicamente y vamos simultáneamente creando una empresa, mirando como hacemos los productos las patentes, lo que no vamos es a negociar bajo ninguna condición”, dijo.

Dentro de los planes del mandatario departamental se contempla que los santandereanos que así lo deseen puedan comprar acciones de la revivida empresa licorera regional.

Por su parte, Eliana León, secretaria de Competitividad departamental y quien fue designada para el proceso de reactivación comercial de la Licorera de Santander, afirmó que la actual situación jurídica con respecto a la razón social y las marcas insignias a nombre de unos particulares es una situación nueva y que desconocía completamente la administración.

“Lo ideal sería que la devuelvan de buena forma. Primero estamos tratando de recaudar toda la información para conocer el estado jurídico de la situación actual. Para tal fin contrataremos a una firma externa para el estudio de prefactibilidad y factibilidades para tomar las decisiones a tomar”, agregó la secretaria León.

El estudio de prefactibilidad y factibilidad jurídico, técnico y financiero de la Empresa Licorera de Santander será contratado con una firma externa experta en propiedad intelectual, patentes y registro de marcas. .

“La Empresa Licorera debe ser sostenible financieramente, con sentido de pertenencia del tejido social y ambiental. Es un activo del departamento muy importante que puede impulsar la productividad y competitividad. Es una tradición de los santandereanos”, puntualizó León.

Responden los empresarios señalados

Aunque esta redacción intentó comunicarse con Alcibiades Blanco y Danny Villamizar, representante legal y suplente, respectivamente, en la firma Empresa Licorera de Santander SAS, ambos canalizaron sus declaraciones a través de su abogado apoderado para tratar este tema.

Al ser consultado por Vanguardia, el abogado Jhoan Manrique desestimó todos los señalamientos en contra de las actuaciones de sus apoderados y aseguró que todo el proceso de propiedad de la Empresa Licorera ha estado revestido de legalidad.

“Cuando ellos van la Cámara de Comercio para inscribir el nombre de la razón social de la Empresa Licorera de Santander SAS, la Cámara de Comercio hace una revisión de legalidad para descartar homonimia, (nombre similar), que pueda causar confusión, pero en este caso le validan el registro sin ninguna objeción porque desde el 2002 liquidador de esa empresa registró algo que se llama cuentas finales y las cuentas finales es el último documento que se lleva el registro dejando habilitado ese nombre desde esa época”, explicó Manrique.

De la misma manera, desestimó alguna inconsistencia en el registro de las marcas industriales de Aguardiente Superior o el Ron Búcaro ante la Superintendencia de Industria y Comercio.

“La Superintendencia primero hace un estudio de forma si está bien presentado, de ahí sale eso publicado en una gaceta 60 días hábiles para que cualquier persona que considere que no se debe otorgar ese registro de marca les informe su oposición a las autoridades y así la Superintendencia decida si otorga o no otorga, acá no hubo ninguna objeción de nadie. Además, la Superintendencia también hace un control de legalidad encontrado que no había ningún riesgo y otorgó la titularidad de esas marcas a mis apoderados”, agregó Johan Manrique.

En conclusión, el abogado defensor aseguró que actualmente la firma Empresa Licorera de Santander y sus marcas insignias Ron Búcaro y Aguardiente Superior son propiedad de Danny Ramírez y Alcibiades Blanco, con todas las atribuciones que le otorga la ley, al menos hasta los próximos 10 años.

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