Son 18 años de historia que cumple el sector vulnerable. Desde entonces los residentes han emprendido un incansable esfuerzo por acceder a los servicios públicos y la educación de los niños.
Precisamente Moisés Moyano , líder comunitario del barrio Asomiflor, va en la ocupación del tiempo como el camino para que la infancia no caiga en situación de drogadicción, “aquí lo que necesitamos son programas de formación en los cinco asentamientos”.
Los programas gubernamentales para mejorar la calidad de vida para los menores han brillado por su ausencia y ven en instituciones privadas una mano amiga que ha impactado a las familias.
Con 16 años de labor, la Fundación Divino Salvador se ha dedicado tanto en la alimentación de los infantes como en la formación integral de estos. Alexis Salazar, quien dirige la fundación, ve en el proyecto de la nueva sede “la oportunidad de seguir impactado en la vida de 1.500 vidas de las familias que han hecho parte de nuestro programa”.
El objetivo es contar con aproximadamente para el 2025 con tres salones de clases destinados al desarrollo de actividades culturales. Los talleres de música, artes plásticas y ajedrez han beneficiado a más de 350 niños que residen en Suratoque Bajo, Páramo y Villa Esperanza.
Mediante rifas, bazares y aportes solidarios se ha podido mantener los servicios de alimentación y múltiples talleres que ofrece la fundación. Y de este modo también buscan se de continuación la obra que cumple año y medio de marcha.
Son 70 metros cuadrados los del predio que ya cuenta con muros edificados y las tejas necesarias para techarlo. Mientras se convierte en una realidad el centro cultural de Asomiflor, la niñez de este asentamiento se divierte jugando en las destapadas calles con un balón y a la par reciben su educación, loma abajo dónde los ayuda el espíritu de un ‘divino salvador’.
La obra de la casa cultural de Asomiflor ya lleva más de la mitad del proceso, si desea saber más detalles del proyecto o apoyarlo puede comunicarse a la siguiente línea: 3103049773.