“La comuna 4 era prácticamente una finca enorme que luego se compró y loteó para formar los barrios de La Feria, Granada y Gaitán” relata Elsa Moreno de Villamizar, uno de los primeros bebés que nacieron en el barrio ‘del caudillo’.
El barrio Gaitán tenía su propia partera, doña Beatriz, quien desde 1940 fue atendiendo una por una a las familias que llegaban desde distintas partes de Santander a este sector.
Pero sólo hasta el 15 de octubre de 1950, el famoso apellido Gaitán fue asignado al terreno comprendido entre la calle 19 y calle 13 con carreras 8 hasta la 15.
Durante sus primeros años esta zona fue ideal para que grandes fábricas de la talla de Coca Cola o El Roble se instalaran en sus amplias calles.
Con 40 metros de fondo y 20 metros de frente sus predios se presentaban como la alternativa ideal para familias numerosas o comerciantes en búsqueda de una bodega buena, bonita y barata.
“No bajo por allá”
La alta actividad comercial del sector desafortunadamente se vio opacada por un oscuro periodo de micro tráfico, lo cual hacía un contraste irónico entre la venta de estupefacientes y las calles que homenajeaban a un emblema de la transparencia colombiana.
Por este motivo, distintas personas ocultaban el nombre del barrio en conversaciones. Así lo recuerda Dinora Villamizar quien confiesa que: ”A veces a uno le tocaba mentir y decir que vivía en San Francisco para no asustar a los compañeros o amigos”.
Eso sí, a pesar de la mala fama que tuvieron sus cuadras, siempre se desarrolló el comercio.
Tierra fértil
Los talleres de mecánica, tiendas de abarrotes, restaurantes, lugares de confecciones, carpintería y latonería viven un pasado y presente próspero. De hecho, el barrio cuenta con una buena fama de tierra fértil para los negocios y algo más.
La fertilidad se extendió hasta el ámbito familiar, pues en el Gaitán de Bucaramanga nació el abundante legado de los Castro. Son 170 miembros entre tíos, abuelos, hijos, nietos y bisnietos que comenzó en la famosísima, Florinda Meza de Castro, pero la bumanguesa.
‘Doña Florinda’ junto a Salvador Castro recibieron su lote a cambio de 100 ‘ovejos’, en la época en la que la palabra sí tenía valor.
Devotos de San Roque
Con más de 60 años en el sector, la parroquia de San Roque fue el epicentro tanto de la fe como de la educación debido a que al frente se construyó el colegio Pascual Moreno, exclusivo para caballeros y en la carrera anterior operaba la Escuela Santa Catalina de señoritas.
Hoy en día, el colegio tiene nuevo nombre pero las instalaciones parecen que se quedaron en los años 60’s.
Un cambio social
Lo que sí es cosa del pasado fue el control de las basuras y seguridad que aquejaba a la comunidad durante años.
Aunque desde el frente de seguridad del barrio cuentan con más 20 cornetas y la Policía Nacional posee 3 cámaras de vigilancia, lo cierto es que la recuperación de zonas verdes y la llegada de programas sociales le ha dado una nueva cara al sector.
El miedo y desconfianza que se generaba en torno al mercado de ‘Las Pulgas’, ha disminuido y lo que era un constante problema de basuras en la acera de las calles se reemplazó por un estricto control de aseo por parte de la Junta de Acción Comunal.
Es más, las dos canchas de la zona son el escenario para los niños que comienzan su formación deportiva en el patinaje, fútbol y hasta aeróbicos.
También, los adultos mayores gozan de un grupo propio en el que reciben talleres de manualidades y salud. Logrando que el Gaitán de ‘la ciudad bonita‘ sea más acorde al paraíso que construyeron sus primeros habitantes hace 74 años.
Plazas
Por toda la calle 16 entre carreras 11 y 12, distintos comerciantes exhiben sus productos para que no le falte nada a los habitantes del barrio. Pero, el sueño que no se ha cumplido es la construcción de su propia plaza de mercado. Ya hay un previo elegido por su comunidad, sólo falta voluntad de la administración municipal.
Salud
El centro de salud del barrio Gaitán, ubicado en la carrera 12 con calle 16, es un lugar que destaca por su limpieza y atención oportuna. En este se prestan servicios de odontología, toma de muestras de laboratorio, vacunación y citas de medicina general.
Parques
La recuperación de los parques ha sido un arduo proceso que la comunidad ha hecho a base de siembra de árboles y actividades de recolección de basura. Aún así, el lugar presenta una necesidad urgente para que se le haga mantenimiento a los juegos infantiles.
Educación
Son cuatro instituciones formativas y educativas con las que goza el barrio. Tres de carácter público y una privada. El Hogar Infantil Jhon F. Kennedy y las dos sedes del colegio Jorge Eliécer Gaitán se presentan como la principal oferta educativa del sector, sin embargo, las instalaciones de estas presentan un estado deplorable que dificulta el proceso de aprendizaje. Desde la comunidad hacen un llamado a la administración municipal para recorrer los deteriorados pasillos de las instituciones.
Unos ‘duros’ para el calzado infantil
El calzado es una de las industrias más prósperas en el barrio Gaitán. Desde 1996, el calzado en cuero y en sintético ha sido un sello distinto del sector, son 37 personas involucradas en la manufactura de un producto que se distribuye a nivel nacional. Luis Sierra es el ‘duro’ del calzado infantil en el sector y gracias al arduo trabajo de su se han logrado fabricar hasta 8.000 pares al mes, eso sí, dependiendo de la demanda del mercado. Como él son diversos los comerciantes que tiene su fábrica en el sector.
El arte de la comodidad
Gildardo Arias y Myriam Velandia son una pareja trabajadora que lleva 30 años fabricando sillas en hierro, plástico y mimbre. A través de su negocio, Monoa, mantienen vivo el arte de la comodidad en el barrio Gaitán. Es común encontrar a Gildardo soldando barras de hierro o acomodando el esqueleto de lo que será una silla de descanso fresca. Esta pareja afirma que “aquí en el barrio se vive y se trabaja muy bien, está lleno de gente trabajadora”.