En el ‘municipio dulce’ se puede encontrar uno de los barrios más pequeños de todo el área metropolitana: el barrio Chico.
Conformado por 9 hogares y una sola calle, el sector conocido como el ‘barrio chino’ alberga más de 80 residentes que llegaron con el tiempo de distintos municipios campesinos de Santander.
Aunque las viviendas no superan en cantidad a los 10 dedos de las manos, sí se caracterizan por ser amplias y en su mayoría con más de 3 plantas. El espacio es el principal atractivo de todo aquel que busca una casa de campo.
Precisamente Manuel Antonio Gómez se vio seducido por la casa blanca de más de dos pisos que le sugirió un sobrino. “Con mi esposa estábamos buscando una posada para cuando saliéramos de la finca en Molagavita” señaló el residente oriundo de la provincia García Rovira.
Ya con el ‘ok’ de su esposa Flor Ángela Archila de Gómez, en 2008 se sumaron a la comunidad. Aunque la mudanza fue de manera esporádica hasta que el tiempo hiciera de las suyas y se llevara la vida Flor, de ahí en adelante Manuel decidió vivir en aquella casa que los enamoró.
Dentro del portón rojo
El barrio inicia con un portón rojo que funciona como puerta oficial que concede la entrada y salida de los habitantes. En la esquina se encuentran dos comercios, el primero es la tienda de Elsa, lugar en el que la comunidad se surte de víveres y uno que otro gustico.
Pero para gusticos también está más adelante las empanadas de doña Leonor, quien ofrece las mejores empanadas de la vereda a tan solo 1.500 pesos. El ingrediente secreto de su negocio es una atención excelente y unos cuantos chistes para que alimente mejor.
También, unas casas más adelante, se encuentra el ‘vivero del barrio’. Con más de 15 materas que albergan distintas flores, Francelina Albarracín es considerada como la jardinera más dedicada.
Oriunda de Onzaga, Francelina duró 35 años en su pueblo natal y pagó arriendo 15 años en el barrio Caldas. Hasta que gracias a su cuñado Eduardo, se hizo con su lote a finales de la década de los 90’s.
Gracias a la mano de obra de sus cuñados, la casa naranja adornada con flores se convirtió “en la bendición de Dios en la que vivo hace 26 años” confesó Albarracín.
A sus 76 años, es dueña de una única labor: mantener el jardín más bonito del Barrio Chico.
¿Sí es chino?
El apodo de ‘barrio Chino’ procede del cuento popular de que en el lugar se hospedaron múltiples migrantes de nacionalidad China o que en las industrias de metal aledañas laboraban gran cantidad de personas asiáticas.
Sin embargo, ambas versiones son incomprobables y de lo que sí se tiene conocimiento es que la zona está registrada con el nombre de barrio Chico. Entonces la versión que se maneja es que en los documentos de antaño hubo un pequeño error ortográfico y con el cambio de una letra se creó todo un ‘cuento chino’.
En medio del barro
Lo que sí es cierto es que en el barrio más chico del municipio hacen falta vías más transitables y la canalización urgente de la quebrada Guayana.
En 2018, la comunidad terminó siendo la más perjudicada con la actualización que efectuó el Instituto Geográfico Agustín Codazzi. Como ellos lo manifiestan, para ser un sector de estrato dos, pagan un montón más que considerable en impuestos.
Cantidades de dinero que hace años no se han visto reflejados en la malla vial que no posee ni pavimentación y mucho menos placa huella.
Con sus problemas e historias, lo cierto es que los habitantes tienen el vividero más fresco y tranquilo dentro del sector más chico de Floridablanca. Lejos de sentirse incómodos o inconformes, sus habitantes poseen un profundo aprecio por los paisajes que rodean a los más de ocho edificios.
El paraíso miniatura se conserva escondido, con acceso a la carretera que comunica a Floridablanca con Piedecuesta y frente a la Plaza de Toros de Floridablanca.
Entre dos quebradas
El mayor aliado y enemigo del barrio ubicado en la vereda Los Cauchos son las dos quebradas con las que colinda, la quebrada Menzuly y la Quebrada Guayana
Luego de haber sufrido 14 avalanchas por crecimientos desbordados de la quebrada La Guayana, la comunidad del barrio a través del tiempo ha pedido la atención de las autoridades.
Al ser un barrio que está incrustado entre dos polos de desarrollo muy fuerte, donde se encuentra la sede recreacional Comfenalco y conjuntos residenciales de estrato seis, la pavimentación de la única vía de acceso se asoma como una prioridad.
Seguridad
Este barrio apenas cuenta con 2 cornetas y no tiene ni una sola cámara de vigilancia pública. Aunque sea un sector considerado tranquilo, lo cierto es que metros antes de la entrada se han vivido robos debido a ser un sector poco concurrido en la oscuridad de la madrugada y la noche.
Transporte
En el barrio gozan con la ventaja de tener una terminal de buses. La ruta de Limoncito, correspondiente a la empresa Cotrander, hace presencia en la estación Los Cauchos. No obstante, los vecinos del sector revelan que dicha ruta no suele llegar hasta tal punto, lo cual ven como un incumplimiento del trayecto.
Vías
Las vías de acceso es la mayor necesidad que presenta la zona. Al desviar de la carretera principal se encuentra con un puente inundado por las aguas de la quebrada Menzuly. Además, yendo por la vía hacia la vereda Casiano se presenta un tramo en el que los vehículos deben atravesar sobre las aguas de la quebrada Guayana.
Un espacio para el tenis
Podrá ser una zona pequeña, pero el barrio cuenta con su propio equipo de tenis. El Ace Team Tennis a cargo de Jose Ignacio Moreno Peña es ese espacio en el que distintos jóvenes adquieren experiencia como caddies y árbitros del deporte blanco. Van 5 años del proyecto y más de 20 personas que han tenido un primer acercamiento al deporte gracias al trabajo del equipo.
