La ropa es el tercer mayor gasto de cada trabajador. Por debajo del arriendo y los servicios.
Así como la canasta familiar sube sin parar, la industria textil cada vez presenta costos más altos, sobre todo en los productos importados.
Desde el pasado 23 de diciembre de 2022, el Gobierno Nacional, estableció el arancel ‘ad valorem’ del 40 % a la importación de confecciones.
Aunque esto se hizo con el fin de promover más a la producción local, lo cierto es que disparó los costos de producción de los almacenes que trabajan con insumos procedentes de otros países. A la larga también se vio reflejado al precio de aquel overol o botas sintéticas que todo maestro de obra, topógrafo o guardía de seguridad necesitan.
A tarifas elevadas, soluciones prácticas. El comercio de ropa de segunda mano se presenta como la alternativa a las altas tarifas de algunos elementos de dotación como los son los driles, chaquetas, zapatos, jeans y hasta polos.
Botas con b de bueno, bonito y barato
Flor María Romero lleva 24 años comprando y vendiendo ropa de segunda mano en el cuarto piso de la plaza central de Bucaramanga. En su local encuentra desde una camiseta en 5 mil pesos hasta calzado en perfecto estado a más de 100 mil pesos. Pero su caballo de guerra son las botas, ideas para trabajos como vigilancia, aseo o construcción. El rango de precios rondan entre 10 mil a 40 mil pesos el par de botas, sean negras, beige o amarillas.
Se le tiene el drill, el jean y hasta el cargo
Algo que podrá observar por montones en cada uno de los locales, es la cantidad de pantalones que se ofrecen. A partir de 15 mil pesos, tiene a su anchas cualquier cantidad de grosores, estilos, colores y texturas para la prenda baja. Las tallas para dama y caballero rondan de la 28 hasta el 41. La magia de las prendas de segundo uso radica en la amplia gama de marcas tanto nacionales como internacionales y en el pantalón es común dar con una verdadera joya que aún posee varios meses de vida útil.
Polos de todos los colores
En el local D-41, atendido por una encantadora señora de nombre Ingrid, está la mayor colección de polos de colores del cuarto piso. Al revisar el estado de estos, se logra percibir que los tonos están vivos en la mayoría de las ocasiones y las manchas suelen brillar por su ausencia. Eso sí, es recomendable revisar detenidamente las medidas debido a que esta prenda horma de manera caprichosa y pegada al cuerpo. El tallaje es variado, sin embargo, hay gran cantidad de opciones L y XL y los precios rondan desde los 10 mil a 20 mil pesos.
¿Manga larga o manga corta?
El almacén Doña Carmen tiene 18 años de funcionamiento en el nivel más alto de la plaza central. Su oferta consta de la compra y venta al por menor y al mayoreo. Ahí podrá conseguir chaquetas de dotación desde 40 mil pesos, sudaderas, ropa deportiva y ropa casual. No obstante, el mayor atractivo es la variedad de camisas de algodón de cuadros, rombos, líneas o lisas. El costo de cada una varía según el estado, iniciando desde los 15 mil pesos. Además resalta la variedad de pantalones de pana y confección, esos que eran la última moda hace décadas.
Para vestir de gala
‘Pocho’ es reconocido por los pasillos de toda la plaza central, es de los comerciantes con mayor trayectoria en el negocio. Él recuerda que:”antes el cliente habitual eran los médicos y abogados que les gustaba buscar ropa formal a un excelente precio”. Sin embargo, con la viralidad de la moda sostenible, el mercado era cada vez más concurrido y los ‘doctores’ se guardaron para no ser descubiertos. No obstante, los trajes de gala siguen llegando y en un sorpresivo buen estado. El blazer se puede comprar entre los 40 mil pesos a los 90 mil pesos.
