Aunque las autoridades responsables del Turismo en San Gil anunciaron que en los próximos días volvería a funcionar normalmente el parque El Gallineral de San Gil, que desde el pasado viernes tiene entrada gratuita por falta de personal contratado y varios problemas logísticos, lo cierto es que hay problemas de fondo que aún están sin solución.
La idea inicial era cerrar las puertas del histórico escenario natural, emblema del turismo regional, pero en un consenso con las empresas de turismo se acordó mantenerlo abierto, sin cobros, dijo Carmen Álvarez, la recién posicionada directora del Instituto de Cultura y Turismo del municipio.
“Fue una medida de urgencia porque estamos sin personal y estamos haciendo los ajustes administrativos y análisis de las hojas de vida”, precisó la funcionaria, explicando que la persona que venían atendiendo la taquilla ya no estaban el viernes y este trabajo solo lo puede hacer una persona que sea contratada para el cargo, porque se trata de recursos públicos.
Mantener el espacio funcionando bajo el ‘modelo de puertas abiertas’, es decir sin cobros de taquilla, fue una medida que se tomó atendiendo la molestia y petición de las empresas de turismo, quienes entre sus planes ya tenían vendidos ingresos al parque y que, muchos turistas, llegan al municipio con el objetivo principal de entrar a El Gallineral.
Álvarez expresó que se contratarán cerca de seis personas inicialmente para todo lo que tiene que ver con el mantenimiento del parque. Actualmente, el mantenimiento de los diferentes espacios lo vienen haciendo por convicción las personas que se encargaron de estas labores el año anterior.
Problemas urgentes
La nueva directora del Instituto de Cultura y Turismo del municipio dijo que en El Gallineral se concentrarán inicialmente en solucionar los diferentes problemas existentes, para después empezar a plantear proyectos de mejora turística.
El primero de ellos es la situación de las 10 guacamayas que fueron entregadas por la Corporación Autónoma de Santander, CAS, y permanecen encerradas en una jaula en buen estado de salud, pero de las que se debe atender temas técnicos.
Una de las intervenciones más urgentes es la mitigación de los malos olores que estarían llegando de un vertimiento de aguas residuales sobre uno de los brazos de la quebrada Curití en una zona colindante. Al respecto Álvarez expresó que ya se están adelantando las gestiones con Acuasan para la atención de esta situación que ha generado quejas de los visitantes.
Otro tema es la reparación de la motobomba de la piscina, uno de los atractivos existentes al interior.