A partir de octubre de 1998, el barrio ya recibía los primeros habitantes e incluso albergó la primera boda por parte de la hija menor de la señora Monguí.
Monguí Villamizar de Salcedo, de 87 años, recuerda que “aquí solo estábamos dos o tres vecinos y recibimos como se nos prometió: en obra gris”.
Desde aquella boda realizada en diciembre del 98, la familia de doña Monguí no hizo más que crecer llegando a tener 8 hijos, 15 nietos y 4 bisnietos. Cuya gran mayoría han visitado ‘la casa de la abuelita’.
La vivienda de interés social era el principal fin del barrio de 5 cuadras y 182 casas. Las cuales fueron encontrando familias poco a poco y por casualidad.
Doña Pilar Hernández relata que en el consultorio odontológico donde trabajaba su esposo, escuchó por primera vez acerca de un proyecto de urbanización en ‘la ciudad dulce’.
“Nosotros ya estábamos acá el 1 de noviembre de 1998. Nos mudamos junto con mi esposo y dos hijos y desde ese año, no cambio por nada este ambiente único en el que vivo”.
El proyecto que contaba con 3 socios: uno dedicado a la construcción, otro a la venta y uno sólo vinculado como accionista, entregó casas cuya distribución estuviera dedicada a las familias numerosas.
En vez de colindar con otros barrios, la particularidad de la Villa de San Francisco es su cercanía a tres instituciones educativas: el Instituto Santa Teresita, el Colegio Nuestra Señora del Rosario y el Colegio Integrado San José.
Esta cercanía se ha presentado como un beneficio, pero también con la gran afluencia de los autos y la imprudencia vial se ha tornado en una problemática de movilidad en el sector.
Los habitantes se han acercado a la Dirección de Tránsito del municipio y las soluciones se han puesto sobre la mesa. No obstante, es un problema que sigue latente por la vías de la villa.
Una necesidad que ya se espera solucionar es la inseguridad y situación de drogadicción en el parque que lleva el mismo nombre del barrio.
Gracias a la buena propuesta de rediseño que se envió a la convocatoria municipal para mejoramiento de espacios verdes, este parque tiene una ‘nueva cara’ conservando lo verde y aportando una útil cerca que la rodea para evitar visitas indecentes.
A pesar de algunos lunares, las 5 cuadras del sector nombrado en homenaje al fundador de la Orden Franciscana son definidas como “un verdadero oasis” por sus residentes.
“Al pasar por estas calles quedaba ‘embobado’ con las casas espaciosas” confiesa Jairo Jaimes Parra, quien desde finales de 2003 se encontraba en la búsqueda de un nuevo hogar junto a su esposa y primogénito.
Él vivía en Girón, pero desempeñaba sus labores como docente en Floridablanca. “Echando cuentas, me convenía vivir aquí. Miramos sectores: Limoncito, Los Andes, etc, sin embargo, este era el que más queríamos”.
Arrendar en la Villa de San Francisco es un proceso complejo y de paciencia, debido a que este proyecto interés social vendió como pan caliente y ocupó sus casas de propietarios rápidamente.
Constanza Moreno, esposa de Jairo, aún tiene el recuerdo de cuando buscó la solicitud de arriendo y se encontró con una ‘alta pila de hojas de vida’.
“Los cupos eran limitados y aún así, gracias a los planes de Dios, en noviembre de 2004 obtuvimos el arriendo” revela la miembro de la Junta de Acción Comunal que ya desde niña conocía el sector.
“Este es un barrio en el que se instalaron distintos docentes universitarios, pensionados de empresas petroleras y demás personas que ayudaron a tener pertenencia por estas bellas calles. Incluso yo de niña recuerdo haber sembrado árboles junto a mis compañeritos de colegio porque la idea era embellecer el sector” cuenta con gran ilusión Moreno.
Así como sus actuales vecinos, don Silvio Gómez Gonzáles se enamoró del acogedor barrio. Tan pronto se le presentó la oportunidad no dudó ni un solo día. Oriundo de Manizales, comenta que “este lugar es ideal para todo el que busque tranquilidad y desde de llegué acá quise trabajar por eso” quien cumplió más de 20 años de residencia en el barrio florideño.
“El 26 de septiembre terminaba mi contrato de arriendo en Villa España y ahí decidí que era tiempo de ir a nuestra ‘casita’ propia” cuenta el primer residente que tuvo la villa que lleva 25 años seduciendo a propios y extraños.
Salud
El puesto de salud más cercano es la Clínica Guane, la cual se encuentra a 6 minutos caminando y a 3 minutos en automóvil. Además, el barrio se encuentra igual de cerca al Hospital de Floridablanca. También funcionan dos droguerías en la zona.
Educación
El sector colinda con tres colegios: el Instituto Santa Teresita, el Colegio Nuestra Señora del Rosario y el Colegio Integrado San José. Los cuales son de fácil acceso tanto caminando como a pie. Además están presentes dos guarderías.
Parque
La gran novedad de Villa de San Francisco es el nuevo diseño de su parque, el cual lleva el mismo nombre del barrio. Son 1.480 metros cuadrados en los que se respira aire fresco y puede gozar de la sombra de distintos guayacanes, ceibas y frutales.
Servicios
El sector figura como estrato 3 y cuenta con el servicio de alcantarillado, luz, gas e Internet.
Seguridad
En el sector no opera ningún CAI, sin embargo la unidad de Los Andes es el que está presente a los llamados de cualquier evento irregular que se presente. También, la comunidad cuenta con 11 cornetas y 10 cámaras de vigilancia. Además, hay un frente de seguridad encabezado por distintos miembros de la Junta de Acción Comunal.
Vías
Las vías del sector se encuentran en un estado óptimo y la señalización no se ha deteriorado, por lo cual goza de buena visibilidad.No obstante, el barrio tiene un gran potencial para conectar con sectores como Paragüitas y poder descongestionar las transitadas calles, sobre todo en época escolar a plena hora pico.