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Bucaramanga cumple 401 años: Esto es lo que nos enorgullece de vivir en la ‘Ciudad Bonita’

Bucaramanga cumple sus 401 años y hoy encontramos las mil y una razones para sentirnos orgullosos de nuestra ‘Ciudad Bonita’.

Bucaramanga llega hoy a los 401 años de historia desde su origen como congregación de indios mineros, y todos los que nacieron o tienen la dicha de vivir aquí nos llenamos de orgullo de nuestra ‘Ciudad Bonita’, de la cual forma parte Q’hubo desde hace más de un siglo.

Más allá de que la capital santandereana sobresalga por su solidaridad y por su gente cálida y acogedora, hoy encontramos las mil y una razones para festejar este onomástico.

Y es que Bucaramanga es una ciudad moderna y, al mismo tiempo, desborda en tradición, leyendas e historias que resaltan a una raza emprendedora, pujante y trabajadora.

Alguien dijo alguna vez que nuestro territorio es una de las ciudades más encantadores de los Andes colombianos, gracias al clima ideal que invita a cualquiera que decida visitarla a disfrutar de sus muchos atractivos al aire libre.

Bucaramanga también es famosa por sus deliciosas arepas santandereanas, las hormigas culonas, las hamburguesas y, en general, cada bocado es un deleite para el paladar. Los platillos típicos de la región han trascendido fronteras, convirtiéndose en un símbolo de identidad y orgullo para los bumangueses.

Pero no sólo la comida le pone sazón a vivir en esta capital: Bucaramanga también es reconocida por su destacado desarrollo en sectores como la salud, la educación, el calzado y las confecciones.

Por último, pero no menos importante, Bucaramanga es una ciudad llena de oportunidades. Su crecimiento económico y desarrollo industrial la convierten en un polo de atracción para inversionistas y emprendedores. La ciudad ha logrado diversificar su economía, generando empleo y mejorando la calidad de vida de sus habitantes. Esto es motivo de orgullo para quienes han encontrado en Bucaramanga un lugar en donde hacer realidad sus sueños y alcanzar el éxito personal y profesional.

Bucaramanga nos llena de orgullo. Su gente amable, su belleza natural, su gastronomía, su desarrollo en salud y educación, y las oportunidades que ofrece, son algunas de las razones para sentirnos afortunados de haber nacido o vivir aquí.

La Ciudad de los Parques

Los más de 220 parques que hoy tiene Bucaramanga cautivan con sus encantos naturales. En cada barrio y en cada rincón se respira un aire fresco y se disfruta de un entorno lleno de verdor y vida. Sus parques, verdaderos pulmones verdes, en medio del ajetreo diario, son el corazón de la ciudad y hacen parte de una marca que lleva su sello propio. Cada uno tiene su propia personalidad, ofreciendo espacios perfectos para relajarse o simplemente pasear. Desde el emblemático Parque Santander, con su imponente catedral, hasta el Parque de los Niños, donde la alegría y la diversión de los más pequeños se desbordan, Bucaramanga nos invita a sumergirnos en un mundo de naturaleza y tranquilidad.

A sus pies

Llevar sueños en los pies es empezar a hacerlos realidad. ¡Pues bien… Bucaramanga sí que ha pisado fuerte en ese sentido. Y es que, de la gran variedad de actividades económicas que distinguen a nuestra ciudad, se destaca el sector del calzado.

Muchas personas asocian a la capital santandereana con la producción de calzado, ya que históricamente ha sido una de sus actividades industriales más fuertes, al punto que sus modelos han llegado a destacados a mercados nacionales e internacionales.

Es más, el calzado está a los pies de las reinas de Colombia y del mundo, pues muchas beldades confían en los diseños y las confecciones de zapatillas reales. Lo anterior sin contar que pasarelas de todo el mundo son los escenarios para que el calzado de Bucaramanga vaya a pasos agigantados.

Bucaramanga es tan fuerte en ese sentido que, además del Distrito del Calzado que se creó en el barrio San Francisco, se podría decir que no hay un solo barrio de la ciudad que no cuente con una microempresa del calzado.

‘Ole mano’, el acento

‘Ole mano’, aquí hablamos golpeado, seco y directo. Pero, aunque no lo crea, nuestra forma de hablar es cautivadora. En esencia el acento del bumangués se destaca entre todos los de Colombia por su particular tono, tanto que algunos dicen que somos malgeniados.

Algunas frases o palabras típicas que hacen reconocer al santandereano son ‘mano’ o ‘mijo’ como forma de llamar una persona; ‘no me haga arrechar’ como sinónimo de enojarse; ‘qué joda’ o ‘qué vaina’ para referirse a alguna cosa; ‘hablar paja’ para usarlo con una persona que habla mucho o dice mentiras, entre muchas otras.

Dicen los historiadores que el acento bumangués tiene un origen vasco y del norte de España, mezclado con el idioma indígena que al paso de los años evolucionó. Por la ubicación topográfica del departamento se hacía difícil la comunicación, pues las montañas interrumpían haciendo que las personas de la zona hablarán de forma directa, rápida y fuerte, lo que explica el tono alto, su forma directa de hablar de hoy en día.

El Búcaro, árbol insignia

Otro referente de la ciudad se halla en su componente ambiental. Los expertos denominaron a El Búcaro como el árbol insignia de Bucaramanga, el cual es considerado como una especie excepcional y especial del territorio.

Desde 2021, en la ciudad se comenzó a conmemorar cada 19 de abril como el Día del Búcaro, una fecha en la que se resalta la importancia de la flora que tiene la capital santandereana.

La existencia del Búcaro en diversos sectores de Bucaramanga diferencian al municipio frente a otros territorios del país.

De acuerdo con lo indicado por las autoridades, esta especie arbórea crece hasta alcanzar los 25 metros de altura. Estos ejemplares se pueden ver en los bosques de la escarpa occidental y en los cerros orientales.

Las hormigas, todo un manjar

Uno de los pasabocas más exóticos que existe en Colombia lo disfrutan los bumangueses y los santandereanos, desde tiempos de las tribus indígenas. Saladas, ahumadas y crujientes, las hormigas culonas representan un manjar que deleita a miles de paladares en cada temporada, cuando salen de sus hormigueros.

La culona es, quizá, el alimento más representativo de la región. La gente suele comerlas tostadas, luego de que se les quitan las alas y las patas.

Además de su sabor característico, muchos le atribuyen a las hormigas culonas propiedades analgésicas y hasta poderes afrodisíacos.

Durante los últimos años, en Bucaramanga las culonas comenzaron a utilizarse en platillos experimentales y mucho más elaborados, como, por ejemplo, lomo fino en salsa de chocolate u hormiga culona con puré de arracacha, entre otros.

En escena

Ir al Teatro Santander es como presenciar un encuentro entre dos tiempos, donde el pasado y el presente son protagonistas y se funden en un solo escenario. Y es así, pues este icónico centro cultural de Bucaramanga presenta dos facetas: una que al congelar el pasado hace eco de su historia, y otra que hace lo opuesto y avanza hacia el futuro mediante la introducción de novedosas tecnologías, como los sistemas de iluminación para múltiples espectáculos. La estructura del Teatro Santander hace parte de las edificaciones realizadas en el país entre los años 1903 y 1943. Es uno de los hitos arquitectónicos y además es referente cultural de la Bucaramanga de los años treinta. Renació ‘entre las cenizas’ y gracias a la moderna iluminación tiene un brillo distinto.

El ‘boom’ de las hamburguesas

La gastronomía de los bumangueses cuenta con sabores y platillos que se volvieron representativos a lo largo del pasado siglo, como el mute y el cabro con pepitoria, así como la arepa amarilla, por citar algunos ejemplos.

En medio de estos tradicionales alimentos, con los que han crecido múltiples generaciones, las comidas rápidas se abrieron paso durante la última década y se posicionaron de tal manera en la ‘Ciudad Bonita’, que incluso en el resto del país son reconocidas las hamburguesas, los perros calientes y las salsas que se hacen en la capital santandereana.

El empuje y la creatividad de comerciantes y emprendedores gestaron toda una cultura gastronómica que gira en torno a las comidas rápidas. Además de la gran cantidad de negocios que existen en la capital santandereana, los festivales y las ferias comerciantes también ayudaron a catapultar este ‘boom’ de las hamburguesas de Bucaramanga.

En la ‘Ciudad Bonita’ las hamburguesas dejaron de ser vistas como una pieza de carne con dos panes a cada lado. Los comerciantes ingeniaron hamburguesas que cuentan con una gran variedad de sabores y preparaciones de alta calidad, como carnes ahumadas y de cocciones lentas por hasta 24 horas, panes artesanales, entre muchas otras variaciones que se incorporaron durante los últimos años a este popular alimento.

Odiada por algunos y deseada por otros, la inconfundible salsa de piña igualmente se convirtió en un componente que acompaña las comidas rápidas en casi todos los restaurantes y establecimientos de comestibles en Bucaramanga. Es un aderezo que en otras ciudades no se sirve con las hamburguesas.

Más allá de ser una de las comidas preferidas para compartir entre amigos, en Bucaramanga las hamburguesas brindaron una nueva posibilidad de negocio para cientos de emprendedores y se convirtieron en una actividad comercial que genera miles de empleos y que impulsa la economía local.

El ‘inmolado’ líder

Todos recordamos el ejemplo que sentó como una persona íntegra, con convicciones, con valores y principios, los cuales siempre respetó Luis Carlos Galán Sarmiento, el inmolado líder santandereano asesinado por sicarios el 18 de agosto de 1989 cuando lideraba un mitin en la localidad bogotana de Soacha, en plena campaña electoral por el Partido Liberal y como favorito hacia la Presidencia en los comicios generales de 1990. Luis Carlos Galán Sarmiento nació en Bucaramanga el 29 de septiembre de 1943, fue un abogado, economista, periodista y político. El Nuevo Liberalismo fue fundado por él en 1979, como una fuerza disidente del Partido Liberal Colombiano ​debido a las diferencias ideológicas entre sus fundadores y el Directorio Liberal.

El imponente viaducto

El puente atirantado más extenso y alto del país se encuentra en Bucaramanga: el Viaducto Alejandro Galvis Ramírez, también conocido como ‘puente de la novena’.

Esta importante obra de infraestructura vial, inaugurada el 9 de abril de 2015, se volvió una estructura referente de la ‘Ciudad Bonita’.

Además de su imponente altura y longitud, con más de 500 metros de calzada vehicular, el Viaducto Alejandro Galvis Ramírez también ofrece un espectacular sistema de luces, a través del cual se proyectan imágenes emblemáticas de la capital santandereana.

Este paso elevado se convirtió en un emblema para la ciudad y en motivo de orgullo para los bumangueses. Además, una de las ‘paradas obligadas’ para los visitantes en Bucaramanga es justamente en el Viaducto Alejandro Galvis Ramírez, desde donde también se tiene una gran panorámica de la capital santandereana.

El equipo ‘leopardo’

Son 74 años de amores, anhelos y desilusiones los que han marcado la historia del Atlético Bucaramanga y de muchas generaciones de santandereanos, que vibraron en medio de los buenos momentos y de las adversidades enfrentadas por el equipo leopardo.

Si existe un sentimiento en común y que ubique en la misma ‘frecuencia’ a los bumangueses, es la esperanza por conseguir el primer título del “glorioso Atlético Bucaramanga”, como popularmente se le dice en las calles.

La trayectoria del equipo leopardo en el campeonato de fútbol colombiano, así como el sentimiento y la pasión de los hinchas, han destacado al Atlético Bucaramanga en el panorama nacional, siendo otro ícono de la ‘Ciudad Bonita’.

Pese a la falta de títulos o copas, muchas generaciones siguen creciendo con el corazón ‘pintado’ de amarillo y verde, los colores del leopardo y de la bandera de Bucaramanga.

‘Ole mano’, el acento

‘Ole mano’, aquí hablamos golpeado, seco y directo. Pero, aunque no lo crea, nuestra forma de hablar es cautivadora. En esencia el acento del bumangués se destaca entre todos los de Colombia por su particular tono, tanto que algunos dicen que somos malgeniados.

Algunas frases o palabras típicas que hacen reconocer al santandereano son ‘mano’ o ‘mijo’ como forma de llamar una persona; ‘no me haga arrechar’ como sinónimo de enojarse; ‘qué joda’ o ‘qué vaina’ para referirse a alguna cosa; ‘hablar paja’ para usarlo con una persona que habla mucho o dice mentiras, entre muchas otras.

Dicen los historiadores que el acento bumangués tiene un origen vasco y del norte de España, mezclado con el idioma indígena que al paso de los años evolucionó. Por la ubicación topográfica del departamento se hacía difícil la comunicación, pues las montañas interrumpían haciendo que las personas de la zona hablarán de forma directa, rápida y fuerte, lo que explica el tono alto, su forma directa de hablar de hoy en día.

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