En 1968, los 40 adjudicatarios del nuevo barrio Ciudad Mutis estrenaron esa vivienda que construyeron a mano propia cada sábado y domingo durante dos años.
El nombre del barrio hace homenaje al botánico y sacerdote Jose Celestino Mutis y su legado se evidencia por los más de 4 parques en los frondosos almendros, ficus y hasta eucaliptos que oxigenan las más de mil viviendas del sector.
No obstante, en 1966 el Instituto de Crédito Territorial consistía en 40 lotes ubicados a las afueras del Aeropuerto Gómez Niño. Las 8 cuadras partían de la calle 63, ‘calle de los periodistas’ como era conocida en aquel entonces, hasta la calle 55.
Según relata don Vidal Díaz: “El acuerdo era que se nos entregaban los predios y nosotros como familias íbamos todos los sábados en la tarde y los domingos todo el día a echar mano a la construcción de todas las casas’.
Donde hoy se encuentra el Recrear del Mutis, cra. 2w #58-26, se situaba la antigua planta de materiales en la cual se fabricaban desde cero los ladrillos, vigas y plaquetas que hoy conforman los cimientos de la primera etapa del barrio Mutis. “Cuando todas las casas quedaron listas, se realizó un sorteo y con los números de cada balota se nos informaba cuál casa nos correspondía. A mi papá le asignaron la 17”.
Quien también recuerda la entrega de la primera fase del barrio es doña Estér Jiménez: “Nosotros nos enteramos por lengua ajena del proyecto. Para ese tiempo solo teníamos 6 hijos con mi esposo y no llevábamos mucho tiempo en la ciudad”.
A sus 92 años y con 9 hijos en total, esta sangileña de pura cepa confiesa que su casa localizada en la calle 59 será en la que vivirá el final de sus días.
Alguien que también vivió un nuevo comienzo es Julio Gómez Vega, quien emigró de su natal Mogotes para culminar el bachillerato en la ciudad bonita. Al principio residió en el barrio Girardot, sin embargo, desde que conoció las calles tranquilas del Mutis no se ha planteado ni por un segundo la opción de mudarse.
Los vecinos más antiguos de esta parte de la meseta recuerdan que la finca en donde se levantaron las casas “estaba llena de gigantescos árboles”.
Lo mejor de esta historia es que la comunidad que conformó este popular vecindario de Bucaramanga siguió los pasos del religioso Jose Celestino y se puso en la tarea de ‘sembrar parques’ en los alrededores de sus viviendas, los cuales desembocaron una variedad de fauna y flora única en la ciudad. Entre las calles 61 y 62 se encuentra un parque exclusivo de ardillas en el que usted puede ver infinidad de estos roedores merodeando entre eucaliptos y leucaenas.
Hay un dicho común entre algunos habitantes del sector y es “si necesita una droguería vaya a cualquier esquina que ahí está una”. Doña Emely Nieto Carrillo, de 58 años, conoce las calles y parques del sector desde los dos años, edad en la que su padre Jose Antonio Nieto y Bernarda Carrillo recibieron su hogar en la ciudad Mutis. El término ciudad no es gratuito ya que al caminar usted encuentra salones de belleza, restaurantes, puestos de frutas, papelerías, una cacharrería inmensa e icónica del sector, droguerías y locales de comida rápida con un sabor bumangués único.
“Me alegra ver como el barrio ha crecido a tal punto que uno encuentra de todo y de buena calidad” añade Nieto, quien tiene su frutería y heladería al servicio de la plaza del barrio hace 23 años. El caso de Emily es el caso de múltiples comerciantes que han confiado en el sector y no les ha defraudado porque en el Mutis el comercio tiene escala de ciudad.
Es innegable el legado católico del barrio que fue motivado por diversas visitas provenientes de Italia. Desde sus inicios en 1968 con la llegada de los primeros Misioneros de la Consolata, invitados por el desaparecido arzobispo Monseñor Héctor Rueda Hernández y hasta el arribo de la delegación de 3 religiosas de la Congregación de Hijas de Ntra sra del Divino Amor en 1972, se vivió las bases de un sistema educativo basado en la fé y la construcción de personas.
Enriqueciendo el número de instituciones educativas de la zona, ya que solo había una escuela en donde hoy está ubicado el Seminario Nuestra Señora de La Consolata, por la carrera 8W.
En las 8 carreras (1W a 8W) y 10 calles (55 y 65) que conforman la Ciudad Mutis, no solo se vive cómodamente, también se ‘camelló’ fines de semana para fundar una perla urbanística que ahora tiene nombre de comuna y en la que las historias de cada familia reposan dentro sus casas.
Vías
La carrera 2W y la vía que conduce al Viaducto de la Novena son las dos arterias viales del sector. Ambas presentan buena señalización y un estado óptimo. Sin embargo, una necesidad primordial es un semáforo o puente peatonal que facilite el cruce de la carrera 2W.
Servicios
El barrio Mutis es estrato 3 y 4. Cuenta con el servicio de alcantarillado, luz, gas e Internet. El costo promedio de los servicios varía según la familia.
Plaza
El Centro Comercial Mutis Plaza, es donde usted puede hacer mercado en los más de 60 puestos disponibles. Frutas, verduras, legumbres, carne y pollo se consiguen frescos y a buen precio.
Parques
El barrio Mutis se caracteriza por su gran cantidad de parques. Está el Recrear y los construidos por la comunidad como Las Palmas, el de la 58, el Ecológico y el de las Ardillas. Parques que gozan de árboles frondosos y muy bien cuidados por la comunidad.
Colegios
En el barrio Mutis hay dos colegios privados(Colegio Bilingüe La Consolata, Colegio Real de Bucaramanga y Colegio Integrado Nuestra Señora del Divino Amor) y uno público (Colegio Jose Celestino Mutis).
Salud
La cantidad de droguerías asciende a las 15 y contando porque es un sector ‘dulce’ para estos negocios. También, está el Laboratorio departamental de salud pública en la calle 56 #2W – 68, el cual funciona como puesto de salud.
Transporte
El sistema de transporte público del sector cuenta con dos rutas de la empresa Transcolombia, la ruta 21 con destino al norte de Bucaramanga y la ruta 24 con destino a Limoncito. Además está la ruta P10 de Metrolínea que opera en un bus de la empresa Cotrander con destino a la estación de Provenza.