En un recorrido por las calles de Vélez, Q’hubo quiso confirmar si el encanto de la guayaba resuena verdaderamente en el olor, el color y el sabor del municipio, así como lo relatan sus habitantes. Este cambio visual fue un legado de dejó Toto Vega y se materializó en un proyecto destinado a embellecer las fachadas de las casas veleñas.
Entre coplas y murales, lo que comenzó como una iniciativa en la llamada ‘Calle del Folclor’ ha florecido en una transformación asombrosa con cerca de 100 fachadas vestidas con el encanto de las tradiciones de este bello municipio. Los tonos pastel, amarillo, rosado y verde fueron inspirados en la emblemática fruta, materia prima del bocadillo veleño, y es la red de empleo que sustenta a cientos de familias veleñas.
Jimena Santamaría, ex directora de Cultura y Turismo de Vélez, le contó a Vanguardia la historia detrás de la ‘Casa Rosada’ una de las pioneras en esta iniciativa y hoy ícono en el municipo de Vélez. «Tuvimos que abrir las puertas de nuestra casa para mostrarle a la gente este trabajo que se ha construido gracias a esa estrategia encabezada por Toto Vega y a la Administración municipal. Hoy nuestra casa tiene los colores de la guayaba, una copla alusiva al folclor y un mural hecho por artistas de la Provincia de Vélez».
Los murales, embellecidos por artistas santandereanos, cuentan historias de flores, pájaros, trajes, instrumentos y coplas otorgándole a Vélez una nueva identidad visual que invita a los visitantes a explorar sus encantadoras calles con ojos renovados.
Vanguardia habló con Jeisson Olarte, un joven artista veleño que se ha encargado de embellecer cerca de doce fachadas del municipio: «he tenido la oportunidad de ser parte de ese cambio y plasmar bellas obras que reslatan el arte, el folclor y la transmisión de ese amor por la cultura que tenemos los veleños», afirmó.
Edward Santamaría, artista de Chipatá, nos contó que cerca de 10 proyectos en Vélez han contribuido a la cultura y a los sentimientos de sus residentes, en esta misión se cruza su mentor, el bumangués Henry Flórez Soler, maestro de arte y profesor en Madrid, España. «Es una sensación de alegría, pintar en Vélez es enamorarse de su cultura y ver la comodidad de la gente identificada con los murales, esperamos seguir aportando y que nuestro arte sea preservado y los sigan disfrutando los veleños», expresó Flórez.
Vélez, ya reconocido por su iglesia atravesada y por el Parque Nacional del Folclor, se proyecta ahora como una potencia turística en ascenso. El comercio y los emprendimientos locales se suman a esta revitalización, ofreciendo a los visitantes no solo recuerdos del municipio, sino también la oportunidad de saborear las delicias típicas en espacios creados cuidadosamente para que Colombia se enamore de este pedacito de Santander.