“En la madrugada del sábado se presentó un hundimiento de calzada de la vía que conduce de Bucaramanga a Barrancabermeja”. Así titulaba Vanguardia un cierre vial en el 2022. Y la historia se repitió un año y cuatro meses después.
En esa ocasión se trataba de la pérdida de una parte de la banca en la ruta La Paz – Río Sucio – Lisboa, que afectó 70 metros debido a los coluviones. Ese tramo hacía parte de los 25 kilómetros puestos en operación de la vía nueva Bucaramanga – Barrancabermeja, inaugurada el 1 de junio del 202 por el expresidente Duque.
Ahora, en el 2023, hace ocho días nuevamente está cerrada la vía a Barrancabermeja, tras un deslizamiento de tierra en el sector Brisas – Lisboa, en Lebrija. Y tanto desde la ANI, a cargo de este tramo vial, como Ruta del Cacao, concesión de la carretera, no ha hay soluciones concretas ante esta contingencia.
Incluso, comunidades aledañas al derrumbe abrieron paso con ‘pala y pico’ una vía alterna terciaria, para no dar la vuelta por San Alberto, por donde el recorrido puede durar hasta cinco horas, tres más de lo habitual.
Hace un año la Sociedad Santandereana de Ingenieros (SSI) llamó la atención sobre el trazado de la vía, teniendo en cuenta los estudios de la zona, que la calificaron de alta inestabilidad geológica. Hoy hicieron la misma advertencia, como si el departamento viviera un eterno ‘déjà vu’ de una de sus principales carretas, por donde se conecta el 75 % del PIB departamental y se mueve el 47 % de la carga.
Asimismo, en noviembre del 2014, la SSI indicó que la doble calzada debía evitar las zonas de coluviones. Pero no hicieron caso.
Los movimientos de coluvión son un riesgo constante en la vía Bucaramanga – Barrancabermeja. Es decir, son deslizamientos de tierra que se producen en una ladera, generalmente como resultado de la lluvia o la erosión.
Vía, obras y coluviones
Muchos se preguntan qué pasó, por qué un deslizamiento tapó la nueva carretera, en la Unidad Funcional 8 en construcción, y la antigua vía a Barrancabermeja, cuáles son la razones.
Aunque todavía faltan más detalles técnicos de lo sucedido, ingenieros y geólogos coinciden en que esa zona registra una inestabilidad geotécnica.
La ingeniera Norma Solarte Vanegas, doctora y docente de la UPB Bucaramanga, experta en pavimentos y transporte, recuerda que el movimiento de coluvión en la carretera Bucaramanga –Barrancabermeja es un proceso periódico y se registran desde el siglo pasado.
“Los estudios concluyen que hay un sistema regional de fallas que se encuentran en movimiento, hay una tectónica regional en la que existen fallas jóvenes activas por lo que no hay forma de que este trazado se mantenga estable a lo largo de los años”, precisa la experta en vías.
Estos datos históricos, según Solarte, son importantes porque Santander debe ser conscientes de que esta vía no se mantendrá estable ni ahora ni en el futuro, debido a que existirán momentos de relativa calma y luego grandes movimientos.
“Debemos asumir un manejo responsable de la situación y solicitar a las autoridades regionales y nacionales que se implante un monitoreo constante de la zona, con señalización visible, con equipos de alta tecnología, en donde la comunidad participe activamente, para que se mantenga un sistema de alertas tempranas”.
Deficiencias en la calidad
El ingeniero Rubén Torres, miembro de la Sociedad Santandereana de Ingenieros e integrante de la Comisión de Vías, ante las declaraciones de la comunidad vecina de Lisboa y Brisas, quienes dicen que el derrumbe se dio por unos explosivos en la construcción, afirma que en esa unidad funcional se han utilizado diferentes técnicas constructivas, unas son por excavaciones manuales, otras con maquinaria, y unas con explosivos.
“Los taludes que están presentes en el sector en donde se está construyendo la Unidad Funcional 8 presentan algunas deficiencias en la calidad de los materiales, y algunos buzamientos o inclinaciones en los estratos que son desfavorables para la estabilidad de la obra”, advierte.
Según la SSI, pudo haber alguna incidencia de las obras de construcción de la vía nueva. “Queremos generar algunas soluciones que la concesión tenga en cuenta para lograr estabilidad y transitabilidad”.
Por su parte, Solarte asegura que ya pasó la etapa de “asombrarnos cada vez que ocurre un evento”, por eso la región debe dar un paso adelante. “No debemos dejar de lado las opciones de realizar nuevos trazados por zonas más estables, de tal manera que nuestro patrimonio no se deprima periódicamente, ni tampoco nuestra economía, es hora de volver a revisar y tomar decisiones científicas, sociales y económicas”.
Alternativa
Torres precisa que la ingeniería de Santander ha trabajado en este corredor desde hace 15 años y han encontrado falencias, y la SSI se lo ha advertido a la ANI. “Primero, las consecuencias de trazar este tipo de vías que atraviesan estos corredores geotécnica y geológicamente inestables. Segundo, la SSI considera que existen otros corredores que pueden generar una estabilidad mucho mayor”.
Por ejemplo, según el experto, hay una alternativa que se ha estudiado que es la conexión entre Bucaramanga y Barrancabermeja por el cañón del río Lebrija. ¿Por qué? Torres afirma que es un cañón natural que permite tener una conexión con pendientes mucho más suaves y que no requiere subir hasta Portugal y luego volver a bajar a La Lizama.
“Esos ascensos y descensos generan que los vehículos de carga recorran muchos más metros, lo cual hace que los costos de operación y carga se incrementen en Santander”.
En resumen, ingenieros y geólogos concluyen en que la razón por la que se presentó esta situación es porque los tomadores de decisión han ignorado la historia geológica y ambiental de la región, documentada desde hace 60 años.
Construir esta vía sin tener en cuenta las advertencias de los geólogos, ingenieros y geotecnistas de la región ocasionará que esta carretera tenga una vida útil reducida, que cuando se aumentan las presiones en suelos se repitan estos deslizamientos. El corredor en construcción tendrá estos problemas de inestabilidad, deslizamientos y cierres durante toda su vida.
Movimientos de tierra
El director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Geólogos y Geofísicos de la Energía (Acggp), Flover Rodríguez-Portillo, explica que los movimientos de masa pueden ocurrir con o sin la presencia de una falla geológica, y están relacionados con excesos de agua que saturan los materiales que componen los suelos y puede generar inestabilidad o finalmente un movimiento de dicho material.
“En Colombia, el 70 % de la población habita en regiones, como Santander, expuestas a diferentes fenómenos de origen natural como las inundaciones, los terremotos y los movimientos en masa”.
Rodríguez insiste en que los desastres no son naturales, sino que ocurren por falta de planeación integral, malas decisiones y ausencia de conocimiento geológico en la planeación de obras de infraestructura.