Hernando Pérez, un hombre bumangués que ha dedicado su vida a la fundición de metales desde que finalizaba su niñez y empezaba su etapa de adolescencia. Es gracias a esta profesión que Hernando ha sacado adelante a su hogar, conformado por su esposa Ludy y sus dos hijos, Julián y Laura.
“Tenía 13 años y un hermano me buscó trabajo en un taller cerca a donde vivíamos” manifiesta Hernando recordando sus primeros momentos como fundidor. Tratando de generar ingresos y crear una estabilidad económica a una muy corta edad, Pérez no dejó a un lado sus estudios, es por eso que ajustó sus horarios para poder así trabajar durante todo el día y estudiar en las noches.
“Primero inicié con la fundición de metales, eso fue lo primero que aprendí, luego aprendí otro arte que es el de ornamentación; yo aprendí viendo a los otros, inicié como ayudante y luego me pasaron a fundidor”.
Los barrios Alarcón y El Gaitán, fueron los testigos de las primeras piezas que Hernando pudo crear y de todo su desarrollo como trabajador, hoy a sus 62 años continúa ejerciendo esta ardua labor, pues se considera como un trabajo que requiere un gran esfuerzo y dedicación, es por eso que asegura que se mantendrá en su taller hasta que su cuerpo se lo permita.
“Al principio yo hacía lápidas para los cementerios, luego hacía piezas para carros y motos, en la ornamentación aprendí a hacer rejas en hierro y todo este tipo de elementos”.
Como todo buen trabajador, Hernando se esforzó por dejar de ser un empleado y en ser el dueño de su propio taller, con los años pudo emplear a otros trabajadores en su negocio, de esta manera ‘Taller de Fundición Relieves Moderno’ se convirtió en un importante taller del sector.
En los 34 que años tiene siendo dueño de su propio taller, se ha encargado de demostrar a su clientela la capacidad de diseño que hace parte del arte aprendido por Pérez, ya que ha fabricado desde lápidas hasta decoraciones para interiores como siluetas de animales, todo esto bajo el gusto del cliente que lo solicita, ha fabricado también escaños y rejas, cualquier tipo de diseño que pueda llegar a su taller es trabajado.
Una repercusión en su salud ha sido una gran huella que su trabajo ha dejado, pues Hernando asegura que su columna se ha visto afectada debidos a las posturas que son necesarias para llevar a cabo el desarrollo de las piezas. Peréz afirma que durante la época de la pandemia en donde resultó contagiado, pudo confirmar que sus pulmones no se encontraban al 100%, ya que se vio bastante afectado por esta enfermedad.
Con el paso del tiempo se ha podido evidenciar que las personas jóvenes suelen no dedicarse con tanta frecuencia a este tipo de empleos, pues el desgaste físico que llegan a tener los fundidores con el paso del tiempo puede tener serias repercusiones en su salud.
Para Hernando fundir es más que un trabajo, algo a lo que se ha dedicado los últimos 50 años de su vida se convirtió en una pasión y asegura que conocer la satisfacción de sus clientes al ver los resultados de sus trabajos es la mejor recompensa para un fundidor.
Pérez se ve ejerciendo esta labor hasta que ‘su cuerpo aguante’, espera poder continuar muchos años más ofreciendo sus servicios de fundición y ornamentación a los bumangueses que lo requieran, pues esta profesión le ha permitido obtener muchos logros en su vida personal, laboral y familiar. Para contactar a Hernando puede llamar al 3103359416