El fallecimiento de Monseñor Víctor Manuel López Forero, quien fuera arzobispo de Bucaramanga entre 1998 y 2009, tiene conmovida a la comunidad católica de Santander y en general a todos los feligreses de Colombia.
El alto jerarca, quien murió en la noche del pasado sábado a la edad de 92 años, era natural de Puente Nacional, Santander, en donde nació el 29 de marzo de 1931. Él estudió Filosofía y Teología en el Seminario de Bogotá. En la Universidad Javeriana consiguió la Licencia en Derecho Canónico.
Fue ordenado sacerdote el 27 de octubre de 1957 y ejerció su ministerio en la Arquidiócesis de Bogotá desempeñándose en los siguientes cargos: Vicario Cooperador de Junín (Cundinamarca), Director Espiritual del Seminario Menor, Capellán Regional del SENA de Cundinamarca, Notario y Promotor de Justicia del Tribunal Eclesiástico, Párroco de Soacha y del Perpetuo Socorro en el barrio Olaya, Rector de Colegios Parroquiales Arquidiocesanos, Formador en el Seminario Mayor y Vicario Episcopal del Sur.
A nivel nacional fue Presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social; habiéndose desempeñado en años anteriores como Presidente de la Comisión Episcopal para la Catequesis. A nivel de Iglesia Universal, ha participado en la Comisión de Catequesis y Educación del CELAM y miembro de la Oficina Central de Coordinación Pastoral de los Ordinariatos Militares.
El 6 de mayo de 1977 fue nombrado por Su Santidad Pablo VI como Obispo Titular de Cilibia con el oficio de Auxiliar de Bogotá. Recibió la ordenación episcopal el 29 de junio del mismo año.
Fue designado como Obispo de Socorro y San Gil el 6 de diciembre de 1980, cargo que ocupó hasta el 7 de junio de 1985 cuando fue nombrado como Ordinario Militar para Colombia.
El 21 de junio de 1994 fue nombrado como Arzobispo de Pamplona y fue sólo hasta el 27 de junio de 1998 cuando el Jerarca de la Iglesia Católica de la época, el también desaparecido Papa San Juan Pablo II, lo nombró como Arzobispo de Bucaramanga. Claro está que él comenzó su trabajo evangelizador en esta ciudad el 15 de agosto, el mismo día en el que se le rindió un homenaje a la Virgen María en la Catedral de la Sagrada Familia, su ‘hogar’ desde entonces.
En aquella época, en una entrevista que le concedió a Vanguardia y ante un inminente diálogo de paz con los grupos subversivos, dijo: “Como representante de la Iglesia ocuparé el puesto que me corresponde, ayudando a iluminar los caminos que nos lleven a una convivencia pacífica. Si es posible, abonaré una base sólida a la paz que tanto anhelamos los colombianos, con el apoyo a nuevas generaciones que tengan una mentalidad y un corazón abiertos a la reconciliación y, por supuesto, al perdón”.
También confesó que veía con mucha esperanza a la Iglesia, en ese entonces en las puertas del siglo XXI: “Creo que los problemas que sufrimos, los de violencia y los de la corrupción y del narcotráfico, nos han hecho pensar que tenemos muchos valores por revisar. Todo esto no puede opacarnos, nos tiene que llevar a trabajar por una nueva sociedad más justa, más fraternal, donde sin distingo de colores políticos o de credos religiosos, vivamos unidos, por un clima de paz. Dios nos dará su gracia para empezar el tercer milenio”.
Él mismo se definió como un santandereano que amaba a su tierra y que además tuvo la vocación sacerdotal, como la manera de expresarse en su vida: “Desde joven, he trabajado en parroquias pobres, ricas en la ciudad y en el campo. Siempre he querido ser una persona sencilla y sobre todo, una persona muy directa en las cosas”, nos dijo en aquella entrevista.
Vale decir que el 2 de mayo de 2009 pasó a ser Arzobispo Emérito de la Arquidiócesis de Bucaramanga, tras su renuncia al cargo espiscopal que venía adelantando en la ciudad.
“Nos unimos en oración por su eterno descanso, hacemos llegar nuestra voz cercana de compañía a su querida familia y a cada una de las jurisdicciones eclesiásticas en las cuales ejerció. Primero su ministerio presbiteral y luego su perseverante servicio episcopal, con la inmensa gratitud para con el señor por su entrega generosa y fiel”, dijo el actual arzobispo de Bucaramanga, Monseñor Ismael Rueda Sierra.
Las exequias se realizan a las 10:00 a.m. de hoy, 25 de septiembre, en la Catedral Sagrada Familia. Paz en la tumba de Monseñor Víctor Manuel López Forero.