Cuando sintió que no había humanos cerca, sigilosamente se asomó a la puerta de la jaula, miró para lado y lado, olfateó el ambiente, levantó la cabeza, se percató que estaba en un entorno amigable y emprendió viaje hacia la libertad.
Así fue el primer contacto del tigrillo con su hábitat natural, al momento de ser liberado por funcionarios de la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga – CDMB, en un corredor biológico de esta especie en el área de jurisdicción de la entidad.
El ejemplar liberado fue el tigrillo de la especie Leopardus Pardalis rescatado hace más de 15 días en la vereda Casiano Bajo de Floridablanca, gracias al llamado oportuno que hizo un ciudadano a la Policía Nacional, informando que cerca de la carretera principal de la vereda se encontraba atrapado el animalito.
En perfectas condiciones de salud
Tras su rescate, el ejemplar de fauna silvestre fue llevado al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre, (CAV) de CDMB, donde se le hizo la evaluación respectiva y se determinó que era una hembra juvenil y se encontraba en buen estado de salud, solo afectada por un poco de estrés, pero no presentaba ninguna laceración, problemas físicos ni de nutrición, es de decir, su salud en general era buena.
Sin embargo, en el CAV fue sometida a un tratamiento consistente en una dieta balanceada y adecuada, más un proceso de estimulación de su instinto de cacería, para devolverla a su hábitat natural.
Diana Pérez, médica veterinaria del CAV, manifestó que antes de la reincorporación de esta tigrilla a su hábitat se constató que: “se encuentra sin alteraciones de salud, su comportamiento es natural y tiene las condiciones necesarias para la cacería de presas vivas y por lo tanto puede ser liberada en su entorno natural”.
La funcionaria dijo además que, “gracias al arduo trabajo que realizamos articulados con la Policía Nacional y debido al llamado que realizan las comunidades, podemos aportar a la salvación de estas especies de fauna silvestre, para que cumplan con unos parámetros especiales y contribuir así en la mejora de los ecosistemas naturales que encontramos en nuestro territorio e influir en el mejoramiento del mismo”.
De esta manera, el pequeño ocelote, goza de libertad plena en su hábitat natural, con el propósito de continuar su ciclo de vida y contribuir, con sus futuras crías, a la conservación de esta especie.
