La carrera, que este año cumple su edición número 11, tiene el récord en participantes superando en un 17% el registro anterior, cifra que año a año va creciendo, contó Jaime Boada, creador de la carrera y quien junto a su hija Natalia Boada, trabajan en los últimos detalles logísticos.
La principal preocupación de los organizadores es garantizar la seguridad y la salud de los corredores, especialmente de aquellos atletas que recorrerán 100 millas, un poco más de 160 kilómetros, es decir apenas unos kilómetros menos al recorrido que hay entre San Gil y Tunja, en un terreno agreste, soportando las inclemencias del sol y el agua.
Zonas de avituallamiento, equipos de rescate y seguridad, puntos de atención en salud, equipos tecnológicos para que competidores y los organizadores sepan en cada momento donde están a pesar de que no haya internet, jueces cada 10 o 12 kilómetros, son algunos de los preparativos.
En esta, que es la categoría reina de la competencia, hay inscritos 70 corredores. ‘Don Jaime’, como se le conoce popularmente a este empresario del turismo y ahora gestor deportivo, cuenta que normalmente hay una deserción normal del 50 % en esta distancia, pero en la del año anterior fue del 25 %.
Miguel y San Gil.
Las otras categorías son recreativas, que hacen un recorrido alrededor de San Gil; media maratón, maratón y 80 kilómetros estarán en las montañas del Chicamocha.
En todas estas distancias se tiene asegurada la participación de deportistas nacionales y de otros 22 países, destacando la presencia de 15 corredores franceses y 35 venezolanos. Además, hay rusos, chilenos, peruanos, estadounidenses, mexicanos y canadienses, entre otros.
Jaime Boada celebró que la carrera este año entró a ser parte del Circuito Latinoamericano de Trail Running, en donde aparecen registradas las mejores carreras del continente. Ahí, en ese listado selecto, son los únicos colombianos y comparten con eventos de México, Panamá, Costa Rica y Perú.
Un impulso al turismo y la economía
Desde el comienzo, el Chicamocha Cañón Race fue pensado como un gran evento que moviliza a los deportistas y que además sirviera como escenario para divulgar el turismo y mover la economía.
Tal es el impacto y la belleza natural, que los organizadores ya sueñan con organizar un mundial. Mientras tanto, hacen cuentas y estiman que la carrera genera cerca de 2.500 visitantes, muchos de ellos acompañantes de las delegaciones que en ocasiones viajan con familias completas.
Con un estimado de gastos de mantenimiento por persona de $800.000 y de todo el movimiento local, los organizadores estiman que en la economía regional se mueven alrededor de $3.000 millones por la carrera y por eso esperan que todos vayan a ver y apoyar a los deportistas.