Un presunto caso de violencia sexual contra un niño de siete años habría ocurrido el pasado 9 de mayo en un colegio de la capital santandereana. La madre del menor protocolizó la denuncia dos días después del incidente y, según su reporte, en este hecho estaban comprometidos otros tres compañeros de estudio del menor.
El tema fue tan delicado que el propio Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf, designó un equipo de Defensoría de Familia del Centro Zonal Luis Carlos Galán Sarmiento para investigar el caso, restablecer los derechos de los menores y, además, adelantar el acompañamiento psicosocial a los menores involucrados en dicho suceso.
La Institución Educativa de Bucaramanga, en donde se habría presentado el episodio de la agresión sexual al menor de edad, aseguró en un comunicado que efectivamente “se tuvo conocimiento de una situación relacionada con una presunta violencia sexual”.
Según las directivas del plantel, “de forma inmediata se activó la Ruta de Atención Integral con el Icbf, la Personería de Bucaramanga, la propia Secretaría de Educación Local y el Sector Salud para el efectivo restablecimiento de derechos”.
No obstante la institución denunció que “personas inescrupulosas les han dado un uso indebido a los datos que son objeto de reserva, generando una grave afectación a los derechos de niños niñas y adolescentes, ocasionando con esta conducta la revictimización del menor”.
“Expresamos una gran preocupación y rechazamos de forma enfática y contundente este tipo de acciones sensacionalistas. Por eso, hacemos un llamado a las autoridades competentes para que investiguen las conductas revictimizantes y apliquen las sanciones a que haya lugar en favor del menor y de su familia”, escribió el Rector del plantel.
¿Qué se hace en estos casos?
Según el secretario de Educación de Bucaramanga, Jairo Enrique González Forero, “desde que se conoció el caso, el mismo que fuera denunciado por la mamá del menor, como autoridad, emprendimos la Ruta de Atención Integral”.
Según el funcionario, “este es el mecanismo protocolario que deben seguir todas las instituciones educativas y entidades que conforman el Sistema Nacional de Convivencia Escolar y Formación para los Derechos Humanos, la Educación para la Sexualidad y la Prevención y Mitigación de la Violencia”.
Dicha ruta, en el papel, tipifica las situaciones de convivencia escolar de acuerdo con las características de los casos presentados.
En ese sentido, según el funcionario, los casos se clasifican en situaciones tipo I, II y III.
Un ejemplo del tipo I es cuando el estudiante llega tarde a clases en reiteradas ocasiones (más de dos veces) evidenciando negligencia de su parte o de sus familiares para asistir puntualmente al establecimiento educativo.
Las situaciones tipo II se refieren a agresiones escolares, acoso escolar (bullying) o ciberacoso (ciberbullying) que no revisten las características de la comisión de un delito; se presentan de forma repetida o sistemática y causan daño al cuerpo o la salud física o mental, sin generar incapacidad.
Las situaciones tipo III son aquellas que causan daño grave a los integrantes de la comunidad educativa, además de aquellos delitos contemplados en el Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes.
Antecedentes
No es la primera vez que se presenta un caso de estos en la capital santandereana. El pasado 2 de mayo, las estudiantes de otro reconocido plantel de Bucaramanga decidieron suspender sus actividades escolares para alzar su voz y protestar ante los presuntos casos de acoso sexual que se estarían presentando al interior de la institución.
De acuerdo con la denuncia hecha por alumnas y egresadas, algunos docentes estarían acostumbrados a tocarlas de forma indebida, realizar miradas incómodas e incluso hacer comentarios subidos de tono. De igual forma, presuntamente, ya se habrían presentado casos de abuso sexuales.
Otro hecho polémico
En otro colegio de Bucaramanga, los padres denunciaron que una de las profesoras de los jóvenes mantiene abierta una cuenta de ‘Only Fans’ y que incluso cuenta con una gran comunidad de seguidores en la plataforma, en la que estarían vinculados sus hijos. Supuestamente la docente publica detalles de su vida como educadora, pero también de su carrera en la creación de contenido para adultos.
El comportamiento de la docente, que supuestamente ha logrado acaparar la atención de su comunidad digital por los mensajes jocosos y subidos de tono que recibe de los alumnos, es considerado por la Asociación de Padres de Familia como un comportamiento “poco ético y vergonzoso”.
Por otro lado, en marzo pasado en Bucaramanga, un estudiante amenazó con un cuchillo a un docente, en otro colegio de la Comuna Occidente de la capital santandereana.
En ese entonces, el menor agresor pasó al Comité de Convivencia y, en aquella ocasión, se determinó trasladarlo de ese plantel.
PASOS CLAVES EN LA ASISTENCIA A LOS MENORES
1. Promoción: Describe las acciones para el fortalecimiento y apropiación de los actores protectores involucrados en la mitigación del riesgo de los casos de violencia escolar.
2. Prevención: Desarrollo de acciones concretas tendientes a la identificación de riesgos para mitigar situaciones de violencia escolar.
3. Atención: Abordaje inmediato y oportuno bajo los protocolos indicados cuando se identifica un caso que afecte la sana convivencia.
4. Seguimiento: Acompañamiento a los casos de violencia reportados para que, de ser necesario, estos se trasladen al organismo competente: Icbf, Secretaría de Salud, Fiscalía y/o Personería, y se establezcan otras acciones pertinentes para darle cierre al caso de manera óptima.
