La inesperada creciente de la quebrada Panamá en la noche del jueves obligó al desalojo de varias familias residentes de parte del casco urbano de San Joaquín, dejó el acueducto municipal fuera de servicio y la vía nacional que los comunica con Onzaga obstruida en varios puntos.
En la mañana de ayer las autoridades locales evaluaban los daños, agradeciendo que la emergencia no dejará víctimas mortales. Sin embargo, esta pequeña población enfrenta una emergencia económica y social debido a los estragos ocasionadas por el fenómeno natural.
Dentro de las pérdidas más importantes se contabilizan dos viviendas que fueron arrasadas por el agua casi que en su totalidad, una de ellas en el sector rural, contó Carlos José Díaz, alcalde del municipio que ayer con su equipo de trabajo hacía el inventario de las afectaciones e intentaban encontrar una explicación a lo sucedido.
El mandatario contó que la creciente los tomó por sorpresa porque el jueves no había llovido torrencialmente como en otras ocasiones y en la parte alta de la montaña desde donde baja la quebrada apenas se habían presentado unas cuantas gotas de lluvia.
Sin identificar aún la razón del desbordamiento, las autoridades creen que un deslizamiento en la parte alta de la montaña sobre la quebrada pudo generar represamiento de agua y después la creciente, pero son solo conjeturas.
Necesitan ayuda
Lo importante ahora es lograr atender la emergencia y lo único claro es que una población como la de San Joaquín no tiene los recursos para hacerlo, dijo el alcalde, pidiendo la ayuda de la Gobernación de Santander, la Unidad para la Gestión de Riesgos y Desastres departamental, y el Gobierno Nacional.
El agua se llevó 800 metros de la tubería de abducción del acueducto y enterró dos desarenadores, dejando a los 800 habitantes del casco urbano sin agua.
Ayer la alcaldía esperaba un carrotanque enviado desde Bucaramanga. Díaz expresó que el vehículo fue enviado por Gestión de Riesgos de Santander y será tanqueado de agua en Mogotes para entregarle líquido potable a la población, mientras se evalúa cuando y como e va hacer la recuperación del acueducto que se estima puede costar más de $500 millones.
Por otro lado, está el drama de las familias, de las dos que perdieron sus viviendas y de los habitantes del sector rural quienes vieron afectadas sus cosechas. Según la alcaldía se estima que son cerca de 200 familias de las zonas rurales afectadas, quienes vieron como el agua se había llevado sus cultivos, inundado potreros y destruyendo caneyes.
“Se perdieron muchísimos cultivos de maíz, lulo, caña, café y frutales”, aseguró el alcalde, preocupado por todo lo que había sucedido.
En materia vial, cinco veredas quedaron incomunicadas con el casco urbano por la desaparición de dos puentes vehiculares y tres peatonales.
Onzaga también afectada
La vía nacional que comunica a San Joaquín con Onzaga amaneció ayer también bloqueada por la creciente de la quebrada La Leona, en jurisdicción de la vereda Santa Clara, una situación con la que las autoridades y habitantes de los dos municipios tienen que convivir cada semana.
Johanna Grimaldos, alcaldesa de Onzaga, explicò0 que en zonas rurales de su municipio hubo desbordamientos de dos quebradas y esto originó el taponamiento de la vía en otros dos sectores, uno de ellos la vereda Tierra Azul.
Grimaldo pidió ayuda del Invías para atender la emergencia y dar una solución de fondo que garantice la transitabilidad, una petición que se viene haciendo desde hace muchos años sin tener una respuesta que vaya más allá de la respuesta de que se deben hacer estudios.
La funcionaria advirtió que hay cerca de 50 familias que perdieron sus cultivos en las zonas rurales por el fenómeno invernal.
