Los sueños de Jefer González Sedano son cada vez más palpables. A sus 17 años, este joven bumangués recorre las zonas más vulnerables de la ciudad para brindar atención médica a las personas en situación de calle, habitantes de veredas y de asentamientos humanos que necesitan ayuda profesional.
“Esta iniciativa inicia a mis 15 años. Una idea muy espontánea, solo con el propósito de ayudar y hacer algo por aquellas personas que lo necesitan”, afirma Jefer, quien sueña con algún día ser médico cirujano y de esta manera obsequiar cirugías a niños y personas con malformaciones. Mientras este joven soñador inicia su carrera universitaria, dispone de su tiempo completo en Médicos sin obstáculos, una organización médica humanitaria que fue su idea y cuenta con el respaldo de estudiantes de Medicina de quinto semestre.
Jefer es un apasionado por esta vocación desde que tiene memoria. “Creo que en mi vida anterior era médico”, dice con la convicción reflejada en una sonrisa. Además de su fundación, Jefer es embajador de una marca de libros para médicos y tiene sus redes sociales llenas de contenido médico.
Su familia lo respalda
Este camino de servicio comenzó con el apoyo de su familia, pues su mamá siempre lo apoyó desde las primeras jornadas de atención médica y fue quien se encargó de costear los implementos necesarios para ayudar a los demás, tal y como lo soñaba Jefer con tan solo 15 años.
Donaciones
Cada jornada que emprende Jefer y su equipo de voluntarios en Médicos sin fronteras requiere de implementos como medicamentos, gasas, jeringas, solución fisiológica, jabón quirúrgico, isodine, esparadrapo, micropore, vendas, bajalenguas o guantes. Estos u otros implementos que puedan ir en un botiquín para curar a una persona que lo necesita los recibe con gusto Jefer al 3164551134, quien estará agradecido por la ayuda.
“Es algo muy bonito, es una labor que llena mucho el alma y el corazón, es muy lindo a veces recibir un abrazo por parte de los habitantes de calle y que digan: ya me sanó la herida”, agrega Jefer, quien seguirá recorriendo las calles de Bucaramanga con su botiquín y algún día culminará sus estudios en Medicina para salvar vidas como tanto lo anhela desde niño.
