Luis Eduardo Jaimes es un hombre de 50 años, nacido y criado en San Juan de Girón, al que la creatividad tocó su puerta en medio de la pandemia del Covid-19 para comenzar a fabricar piezas de arte en miniatura. Este habitante de la Villa de los Caballeros contó sus inicios en esta aventura de convertir el cemento en madera, un arte que suena imposible con tan solo escucharlo.
“Fui buscando tonos de colores, contrastes, haciendo figuras en miniatura, moldeando, sacando animalitos”, dijo Luis Eduardo al recordar sus primeros pasos con las artesanías. Posteriormente, Luis Eduardo dominó la técnica y pensó en grande. Se especializó en las texturas para lograr acabados reales de cortezas de árboles, lo que le ha permitido elaborar muros y estructuras para diferentes clientes en Santander.
“Con los moldes hago cortezas de árboles, figuras al estilo roca, muros al estilo bambú, lavamanos tipo tronco. Mejor dicho, mil y mil de cantidades de cosas”, explicó.
Su familia lo es todo
En este largo camino creativo que ya cumple tres años, Luis Eduardo cuenta con el respaldo de su familia, especialmente de su hija Tatiana Jaimes, quien la considera como su mano derecha en sus creaciones a escala real.
“Ella es la que me ayuda en todo el proceso de mis obras. Ella es mi ayudante, mi mano derecha, está conmigo siempre”, contó.
También canta
Luis Eduardo es un artista en todo el sentido de la palabra. Además de su amor por elaborar figuras en cemento con el mayor detalle posible, la vena musical lo acompaña desde pequeño gracias a su padre Eduardo.
“Soy trovador, he hecho trovas paisas, canto carranguita, toco guacharaca”, contó Eduardo, quien prefiere que lo llamen así porque le recuerda el legado de su papá y también tiene una canción en honor a su municipio natal: El Cotudo de Girón. Este habitante de la Villa de los Caballeros tiene 15 composiciones que se ‘están cocinando’ y que solo les falta un empujón para grabarlas en estudio.
Luego de tres años, Eduardo ha experimento otros materiales que le permiten brillo y resistencia a las obras que con tanto esfuerzo realiza. “Yo mismo preparo los pigmentos, la vida para darle a estos troncos”, contó el artista.
Si camina por el parque principal de Girón, probablemente se encuentre con este artista local, conocido como ‘El Mono Lucho’, quien suele cantar con su guitarra en sus tiempos libres cuando no está convirtiendo cemento en madera.