Luis Alberto Castellanos Suárez nació en Málaga, provincia de García Rovira. Inició el proyecto de fútbol llamado Real Caracolí en el 2003, con el objetivo de brindar oportunidades deportivas y comunitarias a los niños del barrio.
Su historia de vida se enmarca en dos caminos, pues ingresó al seminario para estudiar como sacerdote, pero después decidió que lo suyo era la licenciatura en educación física y allí logró lo que hoy agradece como un equilibrio entre su pasión por la religión y su gusto por el deporte.
La vocación de ayudar siempre la ha vivido con sacrificios, pues argumenta que siendo joven, para estudiar le tocó vender su moto y así poder pagar un semestre de universidad.
Luis es un hombre tranquilo, muy centrado en sus cosas, le gusta hablar, pero también escuchar; es crítico a la hora de corregir, pero su pasión por el fútbol a veces lo pone sensible.
“Vengo de Málaga, pero fue en San Andrés, Santander, donde viví con mis abuelos. Estudié en el colegio Fray José de las Casas Novas y fue en 1998 cuando me vine para Floridablanca, donde llevo más de 25 años viviendo en el barrio Caracolí”.
“Ingreso en 1999 al Seminario Mayor Arquidiocesano de Bucaramanga a estudiar para sacerdote en el cual duré casi tres años, luego me retiré e ingresé a la UCC; tenía dos opciones, filosofía en la Santo Tomás o en la Cooperativa a estudiar licenciatura en educación física. Tomo esta última y ahí es donde me involucro a desarrollar temas sociales en el instituto Caracolí”.
“Empiezo a ver las necesidades que habían en mi sector, problemas de drogadicción, delincuencia, los niños en pandillas; no habían oportunidades para el tema deportivo y teníamos una cancha en la cual la tenían prácticamente como expendio de droga, como la olla del barrio, allí me nace la idea de comenzar con un proyecto deportivo, social y comunitario llamado Real Caracolí”.
Su club inicia en el 2003, era el profesor, asistente, delegado, secretario, médico y hasta el ‘aguatero’. Comenzó con siete niños y fueron la constancia, disciplina y el amor por el fútbol lo que lo llevó a continuar.
“Después de un año de mucho entrenamiento, de trabajo, de empezar a cambiarles la mentalidad a los niños del sector, a los padres de familia, empecé, conformé un equipo y participé en torneos.
“Ya en el 2005, tomé la decisión de participar en la Liga Santandereana de Fútbol, hice la afiliación y con mutes, bazares, venta de rifas y el apoyo de la comunidad, conformamos el club”, sostiene ‘Lucho’, como muchos en el fútbol lo conocen.
Hoy Real Caracolí maneja entre 250 y 300 deportistas. Esto quiere decir que hay un promedio de 12 a 13 categorías que participan en liga aficionada.
Cuenta con una nómina de entrenadores de 10 profesionales. Con preparadores físicos, una secretaria, psicólogo y una estructura muy consolidada para seguir contribuyéndole a la sociedad.
“Gracias a Dios la comunidad lo ha aceptado muy bien. Podemos decir que al fútbol internacional le hemos aportado 17 jugadores profesionales formados aquí, que pasaron por la cancha de Caracolí y que me enorgullece, porque le hemos aportado al fútbol base”.
Luis Castellanos, a sus 43 años, ya ha sido técnico de más de siete selecciones Santander: infantil, prejuvenil, juvenil, sub 20 y sub 23. Ya sabe lo que es participar en uno Juegos Nacionales y pasar por procesos de Selección Colombia. Reconocimientos por montón, que el fútbol, Dios y la vida le han regalado.
Finalmente quiso hablar de su motor de vida, la familia. Claudia Johana Rodríguez es su esposa, tiene un hijo, Brayan Stiven Castellanos y más de 300 amigos del fútbol, de todos ha aprendido.
“Mi familia ha sido el apoyo. No ha sido fácil, pues los fines de semana trabajamos casi 18 horas, visitando 15 canchas en toda la ciudad. Todo se lo debo a ellos y a Dios que siempre me acompaña en el andar”, puntualiza este profe que seguirá trabajando en un ‘semillero’ deportivo.