Siete años con su tienda le permiten a Beatriz Rondón Peña seguir progresando y encaminada a lograr un objetivo que se ha trazado como tendera.
Su relación cliente-vecinos le ha permitido a esta mujer conservar la tienda de Don Nené, un negocio que comenzó su hijo y que ella le ha ‘cuidado’ en los últimos años.
Beatriz tiene 59 años, nació en Los Santos, Santander. Hace 36 años está viviendo en la vereda Buenos Aires, de la Mesa de Ruitoque y muy amañada con orgullos dicen que esas tierras son un paraíso.
“Mi hijo Luis Eduardo Quesada comenzó el negocio hace siete años, yo hoy en día lo administro pero él está muy pendiente del surtido, sobretodo con el tema del mercado. Ha sido muy juicioso y siempre busca traerle lo mejor al cliente”, sostiene Doña Bety, como muchos clientes la conocen a esta mujer.
Batriz es una mujer amable, sencilla, y comenta que “al cliente hay que atenderlo bien para que vuelva; es uno de los secretos que siempre se debe tener al montar un negocio”.
“Ellos nos traen el dinero, nosotros entregamos un buen producto y por ellos vivimos nosotros quienes nos dedicamos a los negocios de tienda”, comenta.
Ella tiene un buen surtido, se preocupa que no falte nada y que los alimentos se mantengan frescos en su tienda.
“Acá trato de tener de todo un poco. Muchos de mis clientes consume los básico: arroz, plátano, azúcar, leche, huevos, panela, entre otros. Lo que más se llevan todos los días es lo de la canasta familiar”.
“Mi hijo me ayuda con el tema del surtido de plaza. Va a Centroabastos y me trae el mercado fresco. Ya el resto de víveres, vienen los proveedores y me venden”, afirma Bety.
Su negocio lo abre a las las 7:00 de la mañana hasta 1:00 p.m.m y de 4:00 p.m., a 9:00 de la noche.
“El cliente de acá es bueno, excelente. Aquí viene mucho niño por sus mandados y uno les brinda una buena atención. Creo que cada cliente es una bendición y por eso me he quedado acá y muchos me extrañan cuando no estoy o permanece cerrado el lugar”, comenta.
